Sábado 7 de enero de 2023, unos minutos después de las 9 de la mañana, un tren del Metro de la Ciudad de México choca contra otro entre las estaciones de Potrero y La Raza sobre la Línea 3. El saldo: una estudiante de 18 años muerta y 57 lesionados. Ahí estalló la crisis política para la Jefa de Gobierno, y conforme pasan las horas se le ha ido agravando. Vamos por partes.

El sábado del accidente la Dra. Sheinbaum andaba fuera de la ciudad en un evento académico en Michoacán. No vayan a pensar que andaba haciendo proselitismo electoral anticipado. Ahí iba a dictar una conferencia titulada “Las políticas exitosas de gobierno”, claramente el mantenimiento del Metro no es una de ellas.

El solo hecho de estar fuera mientras ocurrió el accidente, dejó mal parada a la doctora, pues sus gobernados comenzaron a recriminarle en redes sociales la promoción personal en provincia mientras los asuntos domésticos están bien desatendidos. No le quedó otra más que pedirle al gober de Michoacán Ramírez Bedolla que le prestara un helicóptero, obviamente pagado con recursos de los michoacanos para regresar a atender el caos. Doble crisis.

En ese momento las redes sociales se incendiaron haciendo memoria del accidente del 3 de mayo del 2021 en la Línea 12 que cobró la vida de 26 personas y más de 100 heridos. A partir de ese punto se vincularon ambos eventos en una sola idea: No fue Marcelo, ni fue Mancera, sino, como dice el slogan de campaña anticipada, #EsClaudia.

Hasta ese punto, Sheinbaum había atraído todos los negativos del caso, por negligencia o por incapacidad. Ni el respaldo del presidente, que antes de solidarizarse con las víctimas lo hizo con la Jefa de Gobierno, la salvó de la memiza y los chistes. Nótese que una crisis es muy grave cuando la gente hace chistes del caso.

Y no conforme con ello, a la administración se le ocurrió meter a 6,600 efectivos de la Guardia Nacional dizque para “mantener la seguridad en las estaciones”. ¡Claro! Es más fácil apostarle a la teoría conspirativa del sabotaje que darle mantenimiento al Metro. Esto evidentemente volvió atizar el fuego de la crisis, que cobra varias facturas:

Primero, la aprobación de la jefa de gobierno porque se puso en evidencia su incapacidad para resolver los problemas para lo cual fue electa; segundo, un impacto fuerte en sus aspiraciones presidenciales porque ya no puede repartir culpa con otra corcholata; tercero, la confianza en el Metro por parte de los usuarios porque que miedo subirse; y cuarto, puso en evidencia que la austeridad republicana y el 90% de honestidad y 10% de capacidad cobran vidas.

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael