Los datos no mienten. Nuestro país cerró el 2022 con números muy positivos en lo que a turismo se refiere y si bien en algunos rubros no se han alcanzado los niveles prepandemia, el camino hacia la recuperación es indiscutible, aquí algunas cifras que arrojan optimismo al sector: • Respecto de 2021, el gasto promedio de turistas internacionales en 2022 aumentó en un 23.6 % • De enero a noviembre de 2022 ingresaron a México 34 millones de viajeros (en 2019 fueron 40 millones) • Entre enero y noviembre, la entrada de divisas turísticas alcanzó los 23 mil 487 millones de dólares, un avance de 3 mil 300 millones de dólares más con respecto a los números previos a la pandemia. Estos son algunos de los datos duros que me parecen más relevantes, pero más allá de la estadística, que desde luego es fundamental para monitorear el comportamiento de la actividad turística, el boom que está viviendo el país como destino ya no solo para vacacionar sino para estadías largas se puede percibir, por ejemplo, si uno se da una vuelta por las colonias trendy de la Ciudad de México: la Roma, la Condesa o Polanco. Y lo mismo sucede con otros destinos del país como Oaxaca, que en años recientes se ha convertido en uno de los destinos predilectos del turista internacional: la capital del estado y playas como Puerto Escondido y Zipolite son un claro ejemplo de ello. Y desde luego, Cabo San Lacas, Cancún, Tulum y Playa del Carmen que siguen siendo polos clave para el sector. De igual manera, cabe señalar el crecimiento que han tenido en los últimos años las playas de Nayarit. En síntesis, nuestro país tiene un potencial enorme para consolidarse como una potencia turística a nivel mundial, en cierto sentido ya lo es, y la presencia de las autoridades del rubro en la Fitur de Madrid de este año son una buena señal para orientar esfuerzos en términos de promoción del país como destino vacacional y para nómadas digitales, una tendencia a la alza en todo el mundo y de la que México se ha beneficiado. Ahora bien, creo que existen algunas áreas de oportunidad en las que tenemos que trabajar como país para ofrecer la mejor experiencia posible al turista internacional. Nos hace falta mejorar infraestructura y en servicios. Muchos de los principales destinos turísticos de este país presentan deficiencias en estos ámbitos desde hace años y pese a la llegada constante de turistas internacionales, (de Estados Unidos y Europa principalmente), estos problemas no se han resuelto del todo. Me parece que tenemos que invertir más, desde lo público y lo privado para desarrollar las capacidades de infraestructura turística que la actual demanda de visitantes está exigiendo. Es una deuda pendiente y que no se puede postergar más. También, necesitamos impulsar modelos de negocios y destinos sostenibles, incluyentes, con apertura al mundo y a la diversidad y emplear a más mujeres y jóvenes. Porque pese a la pandemia, pese a la inflación, pese a la violencia y a toda la lista de contras que le podamos sumar al país, el hecho es que el turista sigue viendo a México y lo considera una buena opción para viajar. Además, los mexicanos hemos demostrado resiliencia, adaptación y sobre todo hemos trabajado muy duro para poder ir hacia adelante aún con tantas cosas en nuestra contra, y eso merece todo el reconocimiento del mundo. Desde luego existen otras muchas áreas de oportunidad pero exceden a los límites de este texto. En conclusión, solo me gustaría señalar que no podemos estar en un mejor momento para el país en términos de turismo, por ello debemos trabajar para convertirnos en un destino de talla mundial. Nuestro país cuenta con una gama super variada de destinos, tenemos mucho que ofrecer y el enorme pabellón de México en la Fitur de Madrid (el más grande de Latinoamérica), es una muestra de la agenda común de estados y Gobierno federal: la presencia del país se siente en la feria, que es además una ventana inmejorable de exposición para el mercado europeo e internacional. Hay que aprovecharlo. POR JAVIER GARCÍA BEJOS

COLABORADOR

@JGARCIABEJOS