El periodista Ezio Gavazzeni volvió a colocar bajo la mirada pública uno de los episodios más atroces de la guerra entre Serbia y Bosnia, conflicto que hace tres décadas dejó más de 10 mil personas asesinadas entre 1992 y 1996 en Europa. Gavazzeni presentó ante la Fiscalía de Milán una denuncia contra al menos tres ciudadanos italianos que habrían pagado a milicias serbias para viajar a Sarajevo y disparar contra civiles durante el asedio, una práctica que ya se conoce como “safari humano”. Según la denuncia, los señalados actuaron como francotiradores y cazaban a civiles, incluidos niños, a cambio de sumas elevadas de dinero. La Fiscalía admitió el recurso presentado por los abogados Nicola Brigida y Guido Salvini, quienes representan al periodista y han documentado el caso, previamente abordado en el documental Sarajevo Safari del director esloveno Miran Zupancic, estrenado en 2022. En esta ocasión, sin embargo, la acusación es formal y se basa en los delitos de homicidio múltiple con agravantes de “motivos abyectos” y “crueldad”, lo que impediría la prescripción de los hechos para los presuntos responsables. Uno de los señalados es un cirujano plástico residente en Milán, dueño de una clínica privada, identificado por Gavazzeni como uno de los francotiradores italianos que operaron en las colinas de Sarajevo en 1993. El periodista intentó localizarlo sin obtener respuesta. De acuerdo con la investigación, los participantes en este “safari humano” pagaban entre 80 mil y 100 mil euros a las milicias serbias comandadas por Radovan Karadzic y Ratko Mladic para asistir a la práctica criminal. Incluso existían tarifas diferenciadas, donde disparar contra niños resultaba “más caro” que hacerlo contra adultos. Testimonios recopilados por Gavazzeni y otros declarantes señalan que quienes participaron eran:

Personas con alto poder adquisitivo

Profesionales como médicos, abogados y empresarios

Expertos tiradores con permisos de caza