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“El Instituto Nacional Electoral organiza y realiza elecciones técnicamente impecables, pero persiste la desconfianza”.
00:02 domingo 1 mayo, 2022
Colaboradores“El Instituto Nacional Electoral organiza y realiza elecciones técnicamente impecables, pero persiste la desconfianza”. La frase no es del presidente Andrés Manuel López Obrador; es del consejero del INE, Martín Faz Mora. Tampoco es una consigna de la cuarta transformación sino la reflexión autocrítica de un integrante del pleno del Consejo General del INE, lo cual no es poca cosa. El pasado viernes, el ex consejero del CEEPAC, ofreció una conferencia magistral ante los integrantes del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco, donde reconoció esa paradoja. Organizar elecciones técnicamente impecables sin lograr eliminar la histórica desconfianza ciudadana. El consejero desarrolló el tema “Evolución del Modelo Electoral en México”. De manera clara y sencilla, contó la historia de las elecciones desde mediados del siglo pasado, en cuyo período se han realizado ocho grandes reformas electorales. Para llegar a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales hoy vigente, han pasado muchas cosas en el país; cada reforma ha obedecido a la evolución del sistema democrático, así como a una creciente exigencia social de acceder a elecciones libres y limpias. Su ponencia adquiere relevancia por la coyuntura: el presidente López Obrador turnó a la cámara de diputados una iniciativa de reforma. Invariablemente, tocó el caso. No entró al fondo, se limitó a ofrecer algunas reflexiones pues dijo que aún no ha revisado la iniciativa y no la ha analizado con detenimiento. Dejó entrever que no hay que tener miedo: las reformas a las leyes, subrayó, nunca se acaban y la electoral no es la excepción. Las leyes evolucionan de acuerdo con las circunstancias del entorno, se modifican de manera natural; un modelo electoral no puede ser para siempre. La nueva reforma propuesta ha generado de inmediato puntos de vista encontrados, pues como es claro, hay una polarización política inocultable. Así lo apuntó Faz Mora: “hay quienes piensan que es un retroceso y que al INE no se le puede tocar ni con el pétalo de una rosa”. Otros, consideran que es el momento político preciso para reformar el modelo, empezando por la propia institución electoral. La parte nodal de las ideas del consejero, está en el hecho de que pese a todo, el INE no ha sido capaz de remontar el problema de la desconfianza social. Eso es indicativo de que las y los ciudadanos que por miles participan en la organización de las elecciones, no representan el problema, sino que es el control que ejerce la alta burocracia del Instituto a través de su Consejo General. Esa anomalía se reproduce en los Organismos Públicos Electorales Locales, de modo que los consejeros se erigen como los únicos poseedores de la verdad. Si se les critica, responden que es una agresión no a ellos, sino a la democracia. La iniciativa estará a discusión y debate durante los próximos meses, pero no debería involucrar solamente a la clase política sino también a la sociedad. Es muy importante involucrarse en el tema, conocer y estudiar la propuesta para que cada quien saque sus propias conclusiones. Lo cierto es que históricamente, hay coyunturas importantes en materia electoral han surgido modificaciones al modelo y de esa forma hay que entenderlo. Las leyes no son estáticas, sobre todo, en asuntos tan relevantes como la elección de representantes populares. Como bien apuntó Faz Mora, hay que revisar lo que funciona y lo que no funciona; partir de esa base para lograr una reforma que satisfaga a todas y todos. Está por venir un debate que podría ser muy ríspido y enfrentará a contrarios, pero sin duda, es momento de hacer algo para lograr que se realicen elecciones técnicamente impecables que al mismo tiempo logren la confianza ciudadana.
Ese debería ser el objetivo.