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El gobernador naranja quedó políticamente aislado y sin herederos creíbles en Movimiento Ciudadano, mientras Morena -aunque fragmentada- aparece como el único camino posible rumbo a 2027 en Nuevo León
00:02 jueves 22 mayo, 2025
ColaboradoresEn la política, como en los negocios, los pactos rotos se cobran con intereses. Y en Nuevo León, la factura ha comenzado a llegar.
Aunque públicamente nadie lo admitirá -porque las traiciones se maquillan de estrategia-, en la cúpula de Movimiento Ciudadano ya se da por hecho lo que parecía impensable: entregar la plaza a Morena en la elección de 2027.
La pregunta ya no es si ocurrirá, sino a quién le entregarán la plaza. Lo único claro en el partido naranja es que no piensan permitir que el poder caiga en manos de la alianza PRI-PAN, sus eternos antagonistas. Pero tampoco tienen claro quién de Morena será su interlocutor.
El gobernador, otrora estrella mediática del progresismo naranja, se encuentra hoy más solo que nunca. El famoso “fosfo fosfo” que lo catapultó al poder se ha convertido en un eco incómodo.
Los empresarios que alguna vez apostaron por su gestión -el poderoso Grupo de los Diez- ya le cerraron la puerta. La lista de promesas incumplidas es larga, y la paciencia del capital regiomontano tiene fecha de caducidad. En sus palabras, el gobernador falló en casi todos los compromisos asumidos.
Tampoco queda mucho del respaldo ciudadano ni de sus aliados políticos. Luis Donaldo Colosio Riojas ha preferido tomar distancia, mientras presidentes municipales clave, como Jesús Nava, de Santa Catarina, ya ni lo mencionan.
Un ex aliado, con brutal franqueza, lo resume así: “Como persona, es de lo mejor que he conocido en la vida; como gobernador, es un desastre”. El desgaste es tan profundo que ya se anticipa un cierre de sexenio complicado.
Samuel no ha podido construir un relevo propio, y las opciones más mediáticas están fuera de combate. Su esposa, Mariana Rodríguez, se quemó políticamente tras su intento fallido por la alcaldía de Monterrey. Colosio, por su parte, ha dicho en privado que no prestará su nombre para rescatar una administración en ruinas.
Así, el gobernador se ha visto obligado a mirar hacia Morena. No por convicción, sino por falta de alternativas.
La paradoja es que el guinda, su tabla de salvación, es también un laberinto. El morenismo en NL está fragmentado en al menos tres grupos de poder.
Uno lo lideran Abel Guerra y Clara Luz Flores -conocidos del electorado-; otro, los senadores Waldo Fernández y Judith Díaz; y el tercero, Mario Soto, coordinador en el Congreso local, impulsado por la facción más radical del partido.
Negociar con cualquiera de ellos será complejo, porque nadie tiene el control absoluto. Y mientras se decide a quién entregarle las llaves del estado, García enfrenta otro dilema: no hay forma de reconciliarse con el PRIAN. Con figuras como Adrián de la Garza al frente, ese camino está completamente cerrado.
Por eso, la historia de Samuel García, que comenzó como un experimento moderno de redes sociales, parece encaminarse a una salida por la puerta trasera.
No será recordado por revolucionar la política, sino por ser el primero en entregar una gubernatura antes de que empiece la contienda. Porque a veces, en política, no se trata de ganar, sino de perder con estilo. Y ni eso parece estar logrando.
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POR DONDE SE LE VEA, resulta de la mayor gravedad el asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz Vega, cercanos colaboradores de la jefa de Gobierno, Clara Brugada. Queda poco espacio para la impunidad en este caso. De lo contrario, el mensaje puede ser muy desalentador para las y los ciudadanos.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “No hay peor ciego que el que ve likes donde hay rechazo popular”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
@ALFREDOLEZ