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“En un mundo en el que muchas personas se comportan de manera deshonesta y las noticias...
00:02 jueves 10 marzo, 2022
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“En un mundo en el que muchas personas se comportan de manera deshonesta y las noticias están llenas de historias de sus infracciones, incluso las grandes infracciones pueden parecer pequeñas para el deshonesto”. Dan Ariely, economista conductual.
Hablar de deshonestidad frecuentemente implica juicios morales sobre los valores que se esperan en la conducta de las personas. Se atribuye la deshonestidad a personas que carecen de principios fundamentales que moralmente rijan su actuación; pero como en toda conducta humana la realidad es bastante más compleja.
La deshonestidad, en términos económicos, responde a un tema de incentivos o desincentivos, que no necesariamente son estrictamente de orden económico, que inhiben o propician conductas deshonestas por parte de las personas.
Evidentemente, existen características de personalidad o de deformación (e incluso de bagaje sociocultural), que hacen que ha incentivos o desincentivos similares las personas respondan de manera diferente.
Algunos desincentivos para incurrir en acciones de deshonestidad están vinculados con el arrepentimiento y remordimiento que teme sufrir la persona, o el temor de ser descubierto; el rechazo social o señalamiento público son también condiciones que inhiben la conducta deshonesta, incluso en presencia de incentivos económicos poderosos para que la persona comenta dichos actos.
En la decisión para cometer un acto deshonesto intervienen múltiples factores. Por un lado los incentivos positivos están relacionados con la percepción de una ganancia que no tiene aparejado un costo. Por otro lado, los desincentivos para inhibir dicha conducta están relacionados tanto con factores internos (la visión que de sí mismo tiene la persona) a los que se suman factores como el aprendizaje, el ejemplo o la enseñanza que recibió, que le provocan la percepción de que una conducta deshonesta generará una consecuencia que no está dispuesta a enfrentar.
Adicionalmente, existe la visión de qué la acción deshonesta provocará, en caso de ser identificada, una reprobación social y un cuestionamiento por parte de las personas que nos rodean; así como, en su caso, una penalización objetiva derivada de los ordenamientos legales.
Las personas bajo distintas circunstancias pueden estar frente a condiciones que les permitan obtener una ganancia, cometiendo un acto deshonesto. Por el contrario, la existencia de mecanismos que permitan suponer que la acción deshonesta será descubierta, así como las consecuencias penales y sociales (la reprobación del entorno y la familia), inhiben la condición de deshonestidad. Pero ello solo ocurre cuando se dan dos factores: La presunción de que los mecanismos normativos existentes tienen una elevada probabilidad de identificar la conducta deshonesta y castigarla de manera pública y ejemplar y; cuando las conductas deshonestas son de manera generalizada reprobadas socialmente.
De ahí la importancia de que en todos los niveles de la sociedad se haga prevalecer la percepción sea que el estado de derecho existe, como conjunto de reglas que norman la actuación en sociedad y que son tan robustas que existe una elevada probabilidad de ser descubierto y, consecuentemente, castigado.
También resulta fundamental que existan mecanismos de reprobación social generales y del entorno cercano, que claramente no justifiquen las conductas de deshonestidad (por ejemplo, a partir de criterios de necesidad o del incumplimiento de las normas por “otros”) y con la amenaza del asilamiento y señalamiento al deshonesto, se complementen los incentivos negativos que inhiban las conductas deshonestas en la mayoría de la población.
Ello aplica, no sólo para la deshonestidad económica, sino para todas las conductas que contradicen los principios básicos de convivencia social.
El autor es politólogo, mercadólogo, financiero, especialista en economía conductual y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM. CEO de Fibra Educa y Presidente del Consejo para el Fomento del Ahorro Educativo de Mexicana de Becas. [email protected] – síguelo en Twitter @martinezsolares