Vangélis Marinakis, presidente de la liga griega de futbol, anunció su dimisión en una carta, tras una serie de incidentes violentos en competiciones deportivas del país. "No tengo ni el tiempo ni las ganas de continuar implicándome en la gestión de la liga mientras las palabras de algunos miembros del consejo de administración no son coherentes con sus actos", escribió Marinakis, también presidente del Olympiakos, en una carta dirigida a los miembros del consejo de administración de la liga griega. El empresario de 56 años también es propietario del club inglés Nottingham Forest. Su dimisión llega un día después de las medidas adoptadas por el gobierno para intentar responder a la violencia que ensombrece el deporte, especialmente el futbol, en Grecia. "Los partidos del campeonato de Grecia se jugarán a puerta cerrada los dos próximos meses, hasta el 12 de febrero", anunció el lunes el portavoz del gobierno griego Pavlos Marinakis. Esta decisión se tomó después de que un policía fuera herido de gravedad en un derbi de voleibol en Atenas, el pasado jueves, último episodio de una larga lista de incidentes en el deporte. El portavoz del gobierno precisó que esta medida podría aplicarse también "caso por caso en los partidos europeos de los equipos griegos". Cámaras de alta definición y sistema de entrada electrónicos con verificación de identidad se instalarán en todos los estadios de la liga, según el gobierno, para intentar reducir la violencia en los recintos. "Desde hace muchos años, delincuentes se hacen pasar por fans para cometer delitos graves, hiriendo gravemente y matando", dijo Marinakis. Vangélis Marinakis criticó en su carta a "algunas personas" que no han contribuido en la lucha contra la violencia, sin mostrarse más preciso. Muy influyente en Grecia, Marinakis es propietario también de un gran grupo de medios, incluido uno de los principales diarios del país, Ta Nea, y la cadena de televisión Mega. Todos los partidos del campeonato griego previstos este fin de semana, pertenecientes a la 14ª jornada, fueron aplazados debido a una huelga de árbitros para denunciar la violencia. FUENTE: EXCÉLSIOR