La ocupación restaurantera del Centro Histórico se vio rebasada durante este 10 de mayo, 4 de cada 10 comensales, se quedaron sin encontrar mesa para festejar el Día de la Madre, señaló Alberto Narváez Arochi, empresario restaurantero. Desde las 8 de la mañana, los restaurantes estuvieron “atiborrados” y funcionando la 50% de su capacidad, debido al semáforo verde permanente. Este factor fue lo que incrementó la cifra que se quedó sin lugar para festejar. Desde los primeros días de mayo, se empezaron a saturar las reservaciones en los puntos gastronómicos del primer cuadro de la ciudad, por lo que una semana antes del 10 de mayo era imposible encontrar una mesa en los restaurantes. La afluencia en los restaurantes fue tanta, que incluso tuvieron que apagar los teléfonos el día del festejo, relató el también expresidente de Nuestro Centro. Explicó que este fenómeno también se debió a que la gente venia de dos años de encierro por el covid-19 y también porque hubo menos lugares disponibles, debido a los cierres ocurridos por la pandemia.