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Es ahí donde viene la retahíla que puso de los nervios a la chairósfera gringa, primero, y a la mexicana, después
00:11 domingo 10 agosto, 2025
ColaboradoresGuapa, voluptuosa, sugerente con un punto de picardía que le viene muy bien, pero sobre todo güerísima y con unos ojos decididamente azules, Sidney Sweeney, actriz más que popular en estos tiempos (“Euphoria”, “The White Lotus”, “Once Upon a Time in Hollywood”), rinde tributo a formas de la publicidad de antes, esa que pensaríamos que ya no tiene lugar: inclinada curvilíneamente, en algún momento, de forma muy setentera, sobre un Mustang clásico lleno de cilindros y combustible fósil; todo el tiempo, con un tremendo escote que terminará en un descarado primer plano. Es ahí donde viene la retahíla que puso de los nervios a la chairósfera gringa, primero, y a la mexicana, después. “Sidney Sweeney tiene buenos genes”, dice la voz mientras se ve un anuncio con las mismas palabras. La actriz, en ese momento, tacha “genes” y escribe “jeans”. Es un juego de palabras, o fonético si prefieren, y sobre todo una coquetería cómplice. “Genes” y “jeans” se pronuncia igual en inglés: “Yins”. La campaña ha sido un éxito, probablemente porque quienes la pergeñaron entienden bien los alcances de la estupidez fanática. Desde la progresía, las protestas vienen en un rango que va de la reconvención de cura estricto pero paciente: “En la era de Trump, no puedes lanzar mensajes como éste”, hasta la locura woke que se permite acusar a la actriz y la empresa que patrocina la campaña, American Eagle, de ¡propaganda nazi! Ese tipo de reacciones son, hay que decirlo, las que lo hacen a uno celebrar eso que dicen: que con la embestida de Trump y otros personajes planetarios del mismo linaje, el wokismo va de salida. Ojalá. No hay, por supuesto, un ápice de nazismo en la publicidad de American. No hay tampoco un ápice de trumpismo. Sí hay un guiño simpático para cualquiera dispuesto a recibirlo de buen humor, hay una expresión coloquial que no implica prejuicios contra origen étnico o cultural alguno, e incluso, si quieren tejer muy fino y ponerse a hacer análisis semióticos (Dios nos libre), hay un mensaje apropiadamente libertario y desprejuiciado en el hecho de borrar “genes” y poner “jeans”, que son tu elección, es decir, son una cosa con la que no naces. Lo que pasa es que la izquierda, no toda, pero demasiada, ha virado al talibanismo racista y puritano –“Prohibido ser güero”–, al punto de que ver a una persona blanca, guapa, sexosa y sin obesidad mórbida y/o bandera palestina en la mano se considera, hagan el favor, “propaganda nazi”. Vaya, que American Eagle tocó nervio con el racismo a la inversa, que por supuesto que existe, y con el feminismo ultra. Le funcionó. Disfruten de la campaña sin culpas, por favor, y deséenle a American Eagle que venda muchos jeans, que es a lo que se dedica y con mucha inteligencia, por lo que alcanzamos a apreciar. A eso, y a provocar a los mojigatos. POR JULIO PATÁN COLABORADOR @JULIOPATAN09