En la entrega anterior, platicábamos un poco acerca de la historia de la socialización de las drogas. El doctor Zagal me platicó del abordaje adelantado a su tiempo que tuvo el General Cárdenas. Y me narra: “Lázaro Cárdenas, hacia al final de su gobierno, hizo un decreto muy importante. Y dijo, a ver, lo que vamos a hacer es evitar el enfoque prohibicionista… Abriremos dispensarios donde se les proporcionará a las personas adictas a las drogas, a condición de que reciban un tratamiento. Pero los gringos dijeron NO. Han sido campeones del prohibicionismo y miren lo que han provocado”. La inteligencia norteamericana descubre que una forma de someter a las minorías sin que se leyeran estos actos como racistas era a través de las drogas utilizadas por cada grupo racial: opio para los asiáticos, marihuana para los latinos, cocaína para los afroamericanos. Más adelante, sustancias psicoactivas para los jóvenes de “la era de acuario”. Y qué decir de las metanfetaminas experimentadas desde la Segunda Guerra Mundial para el mayor rendimiento de las fuerzas armadas nazis.

Francisco Cruz me cuenta que “mucho antes de que se hablara del fentanilo, ya había documentado que los Chapitos lo estaban traficando. Y que este había surgido después de las metanfetaminas”. En su inicio, los psicólogos como Freud, recetaban cocaína! Y las metanfetaminas eran promovidas para adelgazar y tener energía. En su origen, el fentanilo se utilizaba para producir mejores analgésicos.

El problema es que Estados Unidos ahora tiene una población altamente adicta a fármacos y ya ni se diga a drogas como el fentanilo. Lo peculiar es que el maestro Cruz insiste, como lo ha documentado en varios de sus libros, que el fentanilo al principio era dominado por un cartel dirigido por la familia de la esposa de Ernesto Zedillo. Quien, a decir del mismo Investigador, “Consiguió un préstamo para el país, además de comprar inmunidad para él y su familia política, cediendo a los norteamericanos la zona donde alguna vez se encontró la Isla Bermeja”.

Y después, en una historia que pareciera la más alucinante teoría del complot, mi querido Francisco Cruz asegura que lamentada Isla, que aparece hasta en mapas del siglo XVI, y que ahora fue catalogada como fantasma, en realidad fue destruida por órdenes del ex Presidente Clinton, para poder hacer uso de los fabulosos recursos petroleros de la zona. Aquí me reservo mi opinión. Y regresando al tema del fentanilo, que inundó las calles norteamericanas gracias a la Farmacéutica Purdue. El gobierno gringo y la farmacéutica llegan a acuerdos tras varios juicios civiles. Y le cargan a los cárteles mexicanos toda la producción.

No podemos arrojar la primera piedra… pero tampoco aceptar la ley de extraterritorialidad gringa. Autoconcedida a ellos mismos, por un mandato “divino” que les permite atacar e invadir sin declarar una sola guerra.

POR FERNANDA TAPIA

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