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Todo mal con el 109. Imagínense: “las autoridades competentes”, pasa a decir, pueden “bloquear temporalmente” cualquier “plataforma digital”
00:02 martes 29 abril, 2025
ColaboradoresLa presidenta dijo el viernes que si el famoso artículo 109 de la llamada Ley de Telecomunicaciones levantaba suspicacias sobre las hipotéticas pretensiones censoras de su gobierno, que el artículo en cuestión se reescribía o incluso se anulaba, y punto. Y, la verdad, todos respiramos, porque el artículo tenía una cosa ya muy venezolana, se entiende que de la Venezuela actual. O muy cubana.
Todo mal con el 109. Imagínense: “las autoridades competentes”, pasa a decir, pueden “bloquear temporalmente” cualquier “plataforma digital” en caso de que incumpla leyes o normas. ¿Qué leyes o normas? A saber. Cualquiera. ¿Qué es una “plataforma digital”? Lo que sea, desde tu cuenta de Instagram hasta Google. ¿Quiénes son las “autoridades competentes”? Ahí está lo peor. Las “autoridades competentes” son una autoridad, la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, un órgano del gobierno federal, no ya uno autónomo como el famoso IFT.
Sí, se nos venía el Big Brother. O a lo mejor todavía se nos viene. Porque nada más anunciar la presidenta que se revisaría la ley con las últimas modificaciones, empezaron algunos a respingar. Noroña, por ejemplo, que, sabemos, se dedica a lamentarse de lo malora que son los medios y que, puestos a hablar de Venezuela, luego se fotografía, orondo, con Nicolás Maduro, que ya sabemos que no es exactamente un modelo de respeto a la libertad de expresión.
Que no era un hecho que la votación, anunciada para el lunes, se fuera a posponer, así dijo, aunque luego le pusieron un hasta aquí: parece que se va a discutir con calma y con todos los afectados. Ojalá, porque a lo mejor Noroña no es la amenaza más grande a que puedas, digamos, tuitear lo que te dé la gana sin que te suspendan la cuenta.
El encargado de llevar adelante la ley era y es Adán Augusto, que ya sabemos que le gusta mandarse solo y que, sobre todo, tiene unas relaciones francamente del nabo con los medios, al punto de que vendría ser algo así como juez y parte (les recomiendo lo que escribió sobre este asunto Mario Maldonado).
Por eso digo que mejor no cantemos victoria. ¿Se acuerdan de aquello de que el desafuero contra el Cuau iba a proceder, que su posición era insostenible, que no podían llegar tan lejos? Ahí sigue. Así que no descartemos otra cuautemiña y que la ley pase tal cual, con la aplanadora chaira en el papel que tan bien le conocemos.
Lo peor de la ley es que nos recuerda la vulnerabilidad, la indefensión en la que estamos. Bien que la presidenta haya dado este manotazo en la mesa, pero es que, si no lo hace, algunas de nuestras libertades más básicas iban a quedar en manos de los muchachones de la cámara alta, encantados con una redacción, la del referido 109, que es una avenida de alta velocidad al totalitarismo. Bueno, pues así con todo. Tiemblen.
POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@JULIOPATAN09