Primero, porque pudo más la ira hacia el pasado que el miedo a la incertidumbre del futuro. Y se entiende porque el miedo es una emoción paralizante, por lo que por más advertencias que hiciera Massa sobre Milei, el electorado ya no estaba para que le dijeran "ahí viene el lobo"; mientras que la ira es una emoción movilizante, el odio hacia el sistema que representaba Massa generó oleadas de votos en contra.

Segundo, el factor bolsillo. 40% de los argentinos vive por debajo la línea de pobreza y la hiperinflación sigue haciendo pomada la economía popular. Para muchos la decisión era como estar en el piso 20 de un edificio incendiándose y no poder bajar por la escalera. Su única alternativa era quedarse en el cuarto en llamas o saltar al vacío. Eso era Milei, un salto obligado.

Tercero, porque Massa no pudo distanciarse del oficialismo. A pesar de sus esfuerzos por pintar su raya con el aparato kirchnerista, la gente lo veía como parte de él, máxime cuando fue Ministro de Economía, y esto le hacía parte del problema que viven los ciudadanos. Imposible vender cambio desde esa continuidad.

Cuarto, porque Milei moderó un poco su radicalismo durante la campaña del balotaje. Entendió que tenía que correrse un poco al centro sin perder su esencia. Estratégicamente le funcionó la maniobra, ahora vamos a ver cómo reaccionan los mercados y el tipo de cambio.

Quinto, porque Milei se ganó a los jóvenes bajo la promesa de desmantelar al establishment, esa clase política que él llama "la casta" y que las nuevas generaciones ven con recelo ante la falta de oportunidades, y además han sido alimentadas por la narrativa de las generaciones anteriores que han vivido en crisis cuasipermanente en los 40 años que lleva la democracia en el país.

Y sexto, Milei gana en parte por el respaldo del macrismo. Tanto Bullrich, la candidata que quedó en tercer lugar en la primera vuelta, como el mismo Macri se pronunciaron en favor del candidato libertario anarco-capitalista, lo que consolidó el TUCOM: Todos Unidos Contra Massa en la segunda vuelta.

Ahora viene lo más difícil: gobernar. Pasar del dicho, al hecho. Vamos a ver si el extremismo de Milei se traduce en el cambio que los argentinos esperan. Tiempo al tiempo.

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael