CIUDAD DE MÉXICO.- Uno de los inventos más importantes en la historia de la humanidad es el foco, también conocido como la bombilla eléctrica. Actualmente se encuentran en proceso de desaparición. Otras tecnologías como la luz LED parecen concretar el fin de esta herramienta que cambió los hábitos y costumbres de las sociedades. Desde la hora de inicio de las rutinas de trabajo hasta en cuestiones de seguridad, la vigilancia en las grandes ciudades. ¿Cómo funciona un foco?

La tecnología detrás de este aparato es primitiva y obedece a los principios de una antorcha. En su interior contienen uno o más filamentos de metal (tungsteno o wolframio) a través de los cuales corre la corriente eléctrica. Por calentamiento se provoca que los metales generen incandescencia y con ello se provoca el efecto lumínico. El fenómeno es su principal desventaja también. Pues se calcula que solo el 5% de la energía consumida en el proceso provoca la luz que utilizamos. El resto es emitido en forma de fuente de calor. Prueba de ello, es que resulta prácticamente imposible tocar una bombilla tras encenderla durante un par de minutos. Debido a esta situación en distintas partes del mundo los focos han comenzado a ser retirados del mercado. Su poca eficiencia en el consumo de energía eléctrica ha dado pie a que se piense en otras formas de iluminar. En septiembre de 2012 la Unión Europea anunció que dejarían de venderse en las tiendas, como una de las tantas medidas para combatir el cambio climático. En nuestro país (México) cada vez es más común la venta de otras tecnologías con menor consumo energético. Tras su retiro de las tiendas en el Viejo Continente, la Comisión Europea habló de un 15% de ahorro en las facturas de luz al utilizar otras tecnologías. El fin de esta herramienta que Alva Edison concretó en 1879 está cerca. Pronto las veremos en museos como muchos otros aparatos que sirvieron durante generaciones a nuestras familias. -- DINERO EN IMAGEN

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