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La semana pasada, como se lo prometí estuve en la CDMX, caótica como siempre, y la visita empezó con una gran desilusión y “enojamiento” profundo
02:05 sábado 24 febrero, 2018
ColaboradoresLa semana pasada, como se lo prometí estuve en la CDMX, caótica como siempre, y la visita empezó con una gran desilusión y “enojamiento” profundo; le cuento que, si bien la reunión estaba pactada con representantes del Ministerio de Economía Alemán, la organización de los responsables nacionales de asegurar el encuentro y de cumplir una agenda prevista desde hace ya varios meses, fue fallida, pues tuvieron a bien, cambiar todo el programa, generando malestar en los asistentes. Prevalecieron los intereses personales y políticos, al objetivo real de la reunión.
Pero ante tales embates, a pesar del fuego amigo dirían algunos, nos enfocamos a perseguir de cualquier manera el objetivo primordial, que fue crear una plataforma de negociación para el futuro industrial diversificado de nuestro San Luis Potosí. El primer problema, somos nosotros mismos, pero también somos nuestra mejor solución, así que siéntase tranquilo de que le dimos la vuelta al problema y se cumplió el objetivo.
Entremos en materia, a partir del evento que le comento, los representantes alemanes nos demuestran su gran interés por consolidar nuestros acuerdos comerciales, le ven potencial a México, a San Luis Potosí y a cada uno de nosotros y eso, se agradece, sobre todo en momentos en donde Mr. Trump piensa exactamente lo contrario.
Uno de los grandes temas que debemos resolver, es crear un ambiente empresarial sólido, y éste, se logra a través de la certidumbre, por eso le quiero comentar que uno de los tres factores que considero, nos van a ayudar a sentar las bases del crecimiento es, sin duda, el modelo de transparencia y anticorrupción que ejecutemos.
Palabras más, palabras menos, el primer comentario de los representantes de Alemania fue el gran interés por trabajar junto con México, y el segundo fue tajante, pero debe ser bajo una certeza en la transparencia de los acuerdos, así como un modelo de aseguramiento de no corrupción que sea real. Así de claros y así de sencillo.
Ahora me pregunto, y estoy seguro que usted también, si nos acaban de nombrar como el país donde creció la corrupción, según datos de la OCDE y del G20, en un país donde se nombran a candidatos no solamente cuestionados por su honorabilidad como Napoleón Gómez Urrutia, si no también candidatos con cero, con ninguna posibilidad o capacidad para desempeñar el puesto, en caso de ganar las elecciones, como podría ser el caso de Sergio Mayer, no queremos más Carmelitas Salinas, por favor, pues ¿cómo vamos a darle certeza a nuestros socios comerciales?
Siguiéndole con el factor de inhibición de desarrollo económico del país, le comento que será muy difícil dar certeza económica si vemos fraudes por mega desvíos de 6,800 MDP por parte de nuestras instituciones como SEDESOL, SEDATU, SAGARPA, o bien como políticos con experiencia, (no sé cuál, pero experiencia), como Rosario Robles.
El segundo factor que afecta al desarrollo, desde mi percepción, es esa mala costumbre de coartar la libertad de expresión a través de la inseguridad o de la violación de garantías individuales, pero déjeme le pongo un ejemplo; es una tristeza ver cómo no se puede ejercer con verdadera libertad de expresión, el periodismo, y seguimos viendo cómo desaparecen personas valientes que son violentadas por el simple hecho de expresar su opinión.
Otra de las formas que toma este factor de violación de los derechos humanos, es la de no mantener informada a la ciudadanía, y eso lo hace hasta el propio INE, no permitiendo hacer lo debates entre candidatos, creando desinformación, creando inestabilidad, alejando a los votantes para tener mejor controlado el proceso.
Finalmente, el desarrollo económico, los modelos de negociación y planeación, no son todos alineados a un desarrollo conveniente, vemos cómo pocas empresas pueden generar modelos de crecimiento sólidos, los factores son diversos, pero lo que debemos de generar son programas que permitan a los nacionales, ser competitivos, que la riqueza se quede en el país, que se genere valor, ya que actualmente, ser empleado de empresas extranjeras, tiene su beneficio en cuanto a empleo, pero no en cuanto a desarrollo.
Vemos cómo empresas nacionales, también inhiben el crecimiento de los microempresarios, valiéndose de su condición financiera para financiarse aún más a través de contratos leoninos que desangran a los pequeños. Todos le negociamos al empresario nacional, pero no le negociamos a los extranjeros, y no estoy diciendo que hagamos un modelo nacionalista extremista, pero sí negociar con condiciones propias en una sociedad con beneficios mutuos.
Debemos de establecer mejores condiciones de desarrollo, si queremos hacer un México próspero, debemos de lograr que estos tres factores de inhibición, se conviertan en nuestras fortalezas de inversión. Pero eso, eso lo decidimos todos y lo debemos de cambiar todos.
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