Dicen que las comparaciones nunca son buenas.

Las circunstancias de tiempo y espacio, de modo y lugar, de personajes, motivos y razones en temas políticos siempre provocan variaciones. No permiten coincidencias. Pero aquí no se trata de comparaciones, se trata de niveles.

El que el gobernador Gallardo afirme que su antecesor, Carreras, fue peor que una de las lacras más nefastas de la política contemporánea mexicana, como el exgobernador veracruzano Javier Duarte, son palabras mayores, muy mayores. En entrevista exclusiva para este medio, se refirió a Toranzo y Carreras como causantes de las fallas actuales que en materia administrativa y financiera sufre su gestión.

Y también los más corruptos. Mas de 100 millones de pesos estatales y más de 1,300 millones de participaciones federales le achaca a la administración carrerista en cuanto a desvíos. Y tal vez sí. La ciudadanía debemos de recuperar la confianza en nuestras autoridades y esa solo se recupera con acciones.

En estos casos son acciones jurídicas y resultados judiciales. Si hay que sancionar que se sanciones, si alguien tiene que pagar que pague. Que se cumpla el cometido de la función pública: el servicio a la ciudadanía.

Pero que también se cumpla la promesa constante de parte de los gobernantes: la justicia. Si en verdad Carreras fue peor que Duarte, será desastroso para su biografía política, considerando que si Duarte se prefiere mejor borrarlo de la historia mexicana ¿Qué le espera a Juan Manuel en el juicio de la historia? Hasta mañana…