El arzobispo de San Luis Potosí, Jesús Carlos Cabrero Romero señaló que este 2018 fue un año de sorpresas tanto políticas, sociales y económicas, donde se tuvo mucha pobreza de corazón, especialmente al ver que este año se ha calificado como el más sangriento o violento. Indicó que especialmente se ha visto de manera significativa el atentado continuo y permanente que sufre la mujer, no solo por la violencia que les prive de la vida, sino la violencia y acoso que continuamente están padeciendo, por lo que consideró que las autoridades deben revaluar sus estrategias para combatir esta problemática. “Consideró que también necesitamos, yo creo que la voz que se levanta, ya para ellos debe ser una oportunidad de que capten, que la ciudadanía esta inquieta, que capten que la ciudadanía ya empieza a tomar las cosas por sus manos, su justicia por sus manos, que analicen todo esto”. Declaró que se tiene un compromiso de atención con todos los menores y las personas que se han visto afectadas como consecuencia de la muerte de sus familiares a causa del clima de violencia.  “Nosotros como Iglesia tenemos que favorecer esas oportunidades que se nos dan, por ejemplo, fiestas patronales, donde podemos ofrecer mensajes, y donde podemos ofrecer programas quienes lo deseen puedan continuar, pero si tenemos que meternos en un ambiente de cultivar la paz, educar en la paz, y despertar el deseo de amar la paz”. Señaló que este año se han tenido retrasos, y se ha tenido crecimiento de pobreza, donde se habla de esta pero no se reconoce con hechos la dignidad de las personas. El arzobispo señaló que su mayor interés es que se mejore la educación del país, pues siendo esta incluyente y dando oportunidad para todos a una verdadera educación, se podrá pensar que México dentro de 30 años será mejor.