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Cientos de militares y voluntarios llegaron a California para intentar encontrar a sobrevivientes del incendio más letal del estado
08:01 viernes 16 noviembre, 2018
MundoHay una lista con 130 nombres. La lista no es de muertos, es de desaparecidos. Personas a las que sus familiares no encuentran desde el pasado jueves. Cada día que pasa y esa cifra no baja, el trabajo se hace más macabro para cientos de militares y voluntarios de antropología forense que han llegado a Paradise, California, para intentar encontrar a las víctimas del incendio más letal y destructivo de la historia del estado. Son los únicos que caminan ya por esta ciudad, entre chatarra, ceniza y un humo blanco asfixiante, como una niebla tóxica permanente. El miércoles, estos equipos encontraron 8 cadáveres más, lo que elevó la cifra oficial de muertos a 56. El anterior récord de muertos en un incendio era de 29 y se produjo en 1933 en el centro de Los Ángeles. El fuego empezó a las 6:29 (hora local) del pasado jueves y antes de mediodía había consumido toda la ciudad. El 80 por ciento de Paradise, una urbe de 26 mil habitantes, ha desaparecido. La última cifra oficial: 8 mil 756 casas destruidas y 260 comercios. Los equipos de rescate se organizan en grupos de hasta ocho personas que conducen por este paisaje en furgonetas. En Paradise ya no hay casas, sólo montones de escombros, uno tras otro, durante kilómetros. Esqueletos de coches en las cunetas, como si hubiera habido un frente de guerra. Todo envuelto en humo blanco tan denso que el sol es apenas un punto rojo en el cielo. La búsqueda de los desaparecidos es dirigida, según explicaba el miércoles el sargento del sheriff local Steve Collins. Los rescatistas sólo van a direcciones donde vivían las personas de la lista. Al llegar, comienzan a levantar uno a uno los trozos de metal y piedra de lo que fue una casa. También buscan por los alrededores, quizá esa persona salió de la casa y ahí le agarró el fuego. De pronto, se paran. Alguien avisa al agente del sheriff que los acompaña, que a su vez avisa a uno de los forenses voluntarios para que acuda a comprobar si eso fue una persona. De algunos de los cadáveres sólo se han recuperado cenizas. Han sido identificados 47 de los 56. Para el resto hacen falta pruebas de ADN, y el sheriff no garantiza que se llegue a saber la identidad de algunos con toda certeza, dado su estado. Mientras haya restos humanos que buscar, y para evitar robos, una semana después de salir con lo puesto nadie puede volver a ver si algún retazo de su vida se ha salvado del fuego. "La magnitud y el caos de este suceso es sobrecogedor", apuntó Collins. "Aún estamos preguntándonos cosas. Nunca habíamos visto algo así. Aún tratamos de entenderlo". -- Reforma