Al diseñar la estrategia, muchos ejecutivos crean mapas de ruta detallados que especifican quién debe hacer qué, cuándo y con qué recursos Después de invertir tiempo y energía en la formulación de un plan y su presupuesto asociado, los ejecutivos consideran que las desviaciones del plan son una falta de disciplina que socava la ejecución. Lamentablemente, ningún plan sobrevive al contacto con la realidad. Ningún plan anticipa cada evento que pueda ayudar u obstaculizar a una empresa que intenta alcanzar sus objetivos estratégicos. Los gerentes y empleados deben adaptarse a los hechos sobre la marcha, superar obstáculos inesperados y aprovechar oportunidades fugaces. La ejecución de la estrategia, consiste en aprovechar las oportunidades que respaldan la estrategia mientras se coordina con otras partes de la organización de forma continua. Cuando los gerentes presentan soluciones creativas a los problemas imprevistos, o aparecen oportunidades inesperadas, que no socavan la implementación, sino que demuestran su mejor ejecución. Dichos ajustes en tiempo real requieren que las empresas sean ágiles, porque la falta de agilidad es un obstáculo importante para una ejecución efectiva. La mayoría de las organizaciones reaccionan tan lentamente que no pueden aprovechar las oportunidades fugaces, ni mitigar las amenazas emergentes. Por otra parte, pueden reaccionar rápidamente, pero pierden de vista la estrategia de la empresa. La solución no es considerar la asignación de recursos como una decisión única, porque requiere un ajuste continuo. En lugar de enfocarse en la asignación de recursos, los gerentes deben concentrarse en la reasignación fluida de fondos, personas y enfoque.