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Brayan Martínez es un chavo muy "acomedido", cuenta su mamá; así que no dudó en acudir al Colegio Enrique Rébsamen a ayudar, pero una marquesina del edificio colapsado cayó en su espalda y ahora el joven de 18 años se debate entre la vida y la muerte.
20:02 miércoles 27 septiembre, 2017
MéxicoCd. de México (27 septiembre 2017).- Brayan Martínez es un chavo muy "acomedido", cuenta su mamá; así que no dudó en acudir al Colegio Enrique Rébsamen a ayudar, pero una marquesina del edificio colapsado cayó en su espalda y ahora el joven de 18 años se debate entre la vida y la muerte. "Siempre está dispuesto a ayudar y ahora le falló, pero regularmente siempre le resultaba bien. Es muy buena persona. Tiene muchas amistades, lo quieren mucho", contó Jaime, su tío. Debido al accidente, la vida de Brayan está en riesgo y existe la posibilidad de que no vuelva a caminar, confirmó el médico a sus familiares, pues tiene dañada la médula ósea. El joven fue inducido de nueva cuenta al coma debido a sus problemas para respirar por su propia cuenta, agregó Jaime. "El coma en el que se encontraba era inducido y lo despertaron para ver su reacción, pero fue negativo. Se agita mucho al respirar por sí mismo y lo volvieron a inducir al coma porque esto puede producirle un mal cardiaco", indicó. María Elvira, mamá del joven, comentó que su hijo fue operado de la columna. "Se quebró las dos piernas. La cabeza la tenía muy inflamada. Se le perforó el pulmón. Está muy grave. No me aseguran que vuelva a caminar. Yo le digo que le eche ganas", contó afligida. Sin avisar a su familia, Brayan salió el jueves por la mañana de su casa rumbo al Colegio Enrique Rébsamen. Casi a las 20:00 horas, su madre se enteró del accidente de su hijo vía redes sociales. "Se fue de ayudante. Se levantó y se fue. Le gusta mucho ayudar a la gente. Yo trabajo en un mercado, en una cocina económica, y la gente siempre me dice: 'Su hijo siempre me ayuda con la bolsa", comentó. Tras el accidente, el joven fue trasladado al Hospital Regional 2 Villa Coapa del IMSS. Sus hermanos y tíos lo describen como un joven "muy humano". "Le gusta mucho el ejercicio y salir adelante en el deporte", dijo Miguel Ángel Hernández, tío del joven que vende helados y vive en la Colonia Santo Domingo Coyoacán. REFORMA publicó que ayudar les ha costado a los brigadistas más que su esfuerzo, pues hay casos de algunos que incluso han perdido los dedos. Cuando ayudaba a evacuar a sus alumnos, al profesor Javier Pacheco Santa María, de 53 años, le cayó una barda que le aplastó su mano izquierda. Al llegar al hospital, los médicos le amputaron el dedo anular y una parte del meñique; el mayor le fue reconstruido. El oficial Mario Segura, de 39 años, participaba en el rescate en un derrumbe sobre Avenida Santa Ana cuando le cayó una barda encima y perdió parte de un dedo de su mano izquierda.