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Los ecos de la inseguridad, la pobreza y el miedo retumban tras el tiroteo que cimbró a Cuernavaca, en el Estado mexicano de Morelos
12:43 sábado 11 mayo, 2019
México"Ta, ta, ta, ta, ta, ta". María imita el estruendo de los disparos. Aún se recuerda tumbada en el suelo. A quemarropa. A plena luz del día. A un costado del Palacio de Gobierno. En el primer cuadro de la ciudad. Así fue el tiroteo que replica María, el del pasado miércoles en Cuernavaca, en el Estado mexicano de Morelos, que dejó dos muertos, dos heridos y una huella indeleble por el sello crudo y temerario del ataque. "Ta, ta, ta", repite esta vendedora de 39 años, con un negocio muy cerca de donde sucedió el crimen. "Ta, ta, ta". Aún escucha las balas. "Ta, ta, ta". Aún tiene miedo. Es por temor que esta mujer pide que se omita su nombre real y es por rabia que, menos de 24 horas después de los hechos, muchos de los testigos de la masacre quieren alzar la voz. Para dar cuenta de una violencia que se ha vuelto cotidiana, para dejar claro que la inseguridad nunca había sido tan insolente y para buscar recuperar una tranquilidad que se perdió hace ya más de 10 años, desde que la llamada guerra contra el narcotráfico desató una crisis de violencia que aún azota a gran parte de México. Al supuesto sicario, detenido minutos después del tiroteo, le prometieron 5.000 pesos (menos de 250 dólares) por cometer el asesinato, según unos mensajes de texto filtrados por la Fiscalía. 5.000 pesos para matar a dos personas, sin un aparente plan de fuga y con una pistola calibre nueve milímetros que había sido confiscada por las autoridades estatales hace dos años, según fuentes policiales. "Vamos a llegar a las últimas consecuencias, no podemos permitir que pase algo como esto, no lo podemos permitir más", declaró el miércoles pasado Cuauhtémoc Blanco, el gobernador. Blanco, un conocido exfutbolista y exalcalde de Cuernavaca (2016-2018), capitalizó el hartazgo de la ciudadanía y ganó las elecciones de julio pasado con más de 38 puntos de ventaja sobre el segundo lugar. Pero la paciencia de muchos morelenses se agota lentamente. Durante los primeros seis meses de su Gobierno se han iniciado 423 carpetas de investigación por homicidio doloso, 94 casos más que en los seis meses previos. En el resto del país, los asesinatos han vuelto a batir récords históricos con 8.493 casos el primer trimestre del año, casi un 10% que el mismo periodo de 2018. EL PAIS