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Caravanas de coches pitaron, ondearon banderas y se unieron para propinar una muestra más de la amplia población en contra de AMLO, una manifestación atípica que deja mucho que pensar pero que, sin propuestas sobre la mesa, siguen siendo patadas de ahogado
00:06 lunes 15 junio, 2020
ColaboradoresCaravanas de coches pitaron, ondearon banderas y se unieron para propinar una muestra más de la amplia población en contra de AMLO, una manifestación atípica que deja mucho que pensar pero que, sin propuestas sobre la mesa, siguen siendo patadas de ahogado. La verdad es que tampoco resultó un caos vial, los animados a lanzarse cartulina en coche no representaron problema, con rechiflas y pitidos, muchos nos limitamos a ver el espectáculo sabiendo que, nos duela o no, este no es el camino. La resignación debe venir al saber que el presidente acaparó el mayor número de votos en una elección que otorgó, dicho sea de paso, su amplitud de decisión con un Congreso que le permite servirse con cuchara grande… Democracia y paciencia, muchos han claudicado a aquella votación que llevó a los morenistas a gobernar el país, otros siguen fieles a la causa en un alegato que resulta totalmente lícito. El huachicoleo, avión presidencial, la destrucción del NAIM, Maduro y Morales, las pipas sin licitación, calificadoras, PEMEX y una lista interminable de escándalos, han sido opacados de manera maestra con distractores que han dado al país un circo necesario para no caer en depresión. El COVID ha tenido dos caras, mientras la económica es claramente desfavorable, la política cuenta con una plataforma única para mantener el control mediático. Resulta muy confuso escuchar cada discurso y no ver una preocupación real hacia el empleo, las criticas deben ir acompañadas de propuestas y es urgente revertir el desempleo si se quiere salvar la economía, ojalá todas las plataformas de difusión propagandística se pudieran utilizar como el medio de formación y guía. México cuenta con una formalidad laboral importante y un rubro poblacional que se desempeña en la informalidad generando un dinamismo importantísimo, las cifras emitidas por el Instituto Mexicano del Seguro Social han evidenciado los dos meses de emergencia sanitaria, México ha perdido 899.773 empleos formales, abril fue crítico con 555.247 puestos de trabajo menos, mayo cerró el ingreso a 344.526, algo que desde la crisis del 2009 acontencía en temas de trabajo e ingreso laboral. El país requiere una reacción urgente y certera, la comparativa es odiosa con un descenso de 799.740 empleos menos en tan solo un año, los pronósticos no indican mejoría y la complejidad es máxima si sumamos las caídas en el número de empleadores registrados ante la Seguridad Social con una reducción de 10.000 patrones proveedores de empleo y/o ingreso. México es Pyme, el ecosistema laboral está tan dañado que pronto surgirán problemas mayores como migración, violencia, salud, vivienda… El Gobierno ha presentado un plan que solo da oxígeno momentáneo antes de ahogar la estructura laboral nacional, los dos millones de microcréditos a Pymes resultan una total incógnita. De nada va a servir inyectar capital si no se entiende el cambio y la necesidad de evolucionar en cada segmento productivo y de servicios, la obsolescencia es el gran segmento de oportunidad! El Gobierno debe contemplar una realidad en la que faltan propuestas de integración que abonen a un mejor panorama, el sector informal ( que emplea a más de la mitad de la población mexicana ) cuenta con más de 10 millones de mexicanos sin seguro de desempleo y ayudas gubernamentales limitadas por la política de austeridad del Gobierno, las redes de protección son escasas para la gran mayoría, una evidente muestra del fatídico doble discurso obradoriano. Iniciaba este espacio entendiendo el hartazgo social, también empaticé con aquellos que reclaman el derecho a gobernar con una mayoría total, así como la inevitable tragedia COVID y sus repercusiones, pero el mundo sigue su curso y es vital entender que el estímulo económico debe ir acompañado de un cambio propio a las necesidades de cada segmento. Como propuesta, entendiendo la urgencia y necesidad, el uso de las plataformas de comunicación debe girar su objetivo hacia la actualización y capacidad de formación laboral, presentar esquemas de empendimiento e innovación, de formalización laboral en el buen uso de las ayudas y, dicho sea de paso, bajarle la intensidad de un Gobierno intenso y repetitivo. Piénselo, nunca habíamos tenido una oportunidad tan grande para poder hacer llegar el mensaje… Javier Rueda
www.javierrueda.com