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Hace un par de semanas tuve la posibilidad de participar en el VIII Foro Internacional de Pensiones organizado por Vitalis.
23:02 jueves 12 diciembre, 2019
Colaboradores“La dirección en que comienza la educación de un hombre determinará su futuro en la vida”. Platón.
Hace un par de semanas tuve la posibilidad de participar en el VIII Foro Internacional de Pensiones organizado por Vitalis.
En dicho foro, abordé aspectos relativos a los cambios socio demográficos y su impacto, tanto en la consecución de la educación, como en el efecto de ésta en la economía, así como el estado general que guarda la educación (relacionada con mi colaboración de la semana pasada respecto de los lamentables resultados de la prueba PISA de nuestro país).
Una parte importante de la información partió del reporte Education At Glance 2019, elaborado por la OCDE, en la que se analizan distintos indicadores relativos a la educación en economías pertenecientes a esa organización.
De los muchos temas abordados conviene destacar los siguientes:
México presenta una muy baja participación en lo que se conoce como educación vocacional y de entrenamiento. Muchas economías importantes a nivel mundial han crecido a partir de reforzar la educación vocacional, no necesariamente universitaria, como mecanismo para generar empleos bien remunerados y vinculados con el sector productivo. Economías como la alemana, la austriaca e incluso la de Eslovenia, ello ha sido posible, además, a través de reforzar la denominada educación dual, que permite que los estudiantes mientras están estudiando, participen en el mercado laboral, lo cual da un sentido práctico de educación y los vincula en mejores condiciones al mercado laboral, antes incluso de su graduación.
México, en relación con el promedio de los países de la OCDE, continúa con un rezago importante no tanto en educación universitaria, sino en el porcentaje de personas que acceden a los niveles de maestría, en los que México apenas aparece con un 2%, cuando el resto de las economías de la organización se encuentra en promedio en 13% y, en algunos casos, en niveles superiores al 20%. Ello genera un beneficio, particularmente cuando se presenta en países en los que la educación de posgrado está orientada hacia áreas relacionadas con la tecnología, que mayor valor agregado generan para las economías.
En este sentido, México también presenta un promedio inferior a la participación de la educación superior en áreas relacionadas con las ciencias, particularmente si lo comparamos con economías que están acelerando su crecimiento como son algunas asiáticas emergentes.
El mismo documento, retomando estudios realizados como la prueba PISA, muestra que las deficiencias educativas generan un bajo desempeño en distintas áreas de actividad. En México consecuentemente, la mayoría de la población tiene muy bajos niveles de desempeño en áreas estratégicas como matemáticas y ciencias.
El mejor desempeño en temas numéricos y matemáticos genera un efecto positivo en los ingresos. De esta manera, por sí sola la educación superior genera un cambio significativo en el promedio de salario esperado para la población, pero, adicionalmente, cuando se cuenta con elementos de mejoría en el desempeño numérico, de lectura y de resolución de problemas, el efecto sobre los salarios esperados es mucho mayor.
Contrario a una creencia popular (derivada de una mala lectura de información y de casos anecdóticos, más que de evidencia estadística), una persona con educación superior en México, gana el doble en promedio que una persona con solamente preparatoria y, una persona con maestría gana el triple en promedio de lo que gana una persona sólo con preparatoria. Ello, reconociendo que existe un serio problema de la calidad y nivel de los salarios en México, que afecta toda la estructura salarial del país.
En un entorno internacional competido y globalizado - pese a la resistencias y a las adecuaciones en algunos modelos de intercambio comercial que buscan proteger más las economías, como por ejemplo la última revisión del T MEC- la diferenciación de las economías estará dada, más por el conocimiento y las habilidades de la fuerza de trabajo, que por otros factores que en el pasado han representado una diferencia s(como por ejemplo los bajos salarios). De ahí la importancia de reconocer y actuar para hacer que México mejore sus estándares y modelos educativos y dar así a las familias un entorno y posibilidad de crecimiento más adecuadas.
El autor es politólogo, mercadólogo, financiero, especialista en economía conductual y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM. CEO de Fibra Educa y Presidente del Consejo para el Fomento del Ahorro Educativo de Mexicana de Becas. [email protected] – síguelo en Twitter @martinezsolares