Amber Rudd renunció al cargo de ministra del Interior de Reino Unido luego de un escándalo por el supuesto maltrato de migrantes provinientes del Caribe por parte de las autoridades, producto del esfuerzo del Gobierno para reducir la inmigración ilegal. La renuncia se produjo horas después de que Rudd asegurara que permanecería en el cargo para garantizar que la política de inmigración de Reino Unido sea humana. Pero políticos miembros de la Oposición exigieron su salida luego de los reportes del periódico The Guardian sobre que a algunas personas llegadas a Reino Unido desde el Caribe en décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial se les negó la asistencia médica o se les amenazó con la deportación porque no podían presentar documentación que demostrara su derecho de residencia en el país. Los afectados pertenecen a la generación conocida como Windrush, llamada así por el barco Empire Windrush, el cual en 1949 transportó a cientos de inmigrantes a Reino Unido, donde solicitaban enfermeras, trabajadores ferroviarios y más personas para trabajar en la reconstrucción del país tras la devastación causada por la Segunda Guerra Mundial. Ellos y otros migrantes caribeños que llegaron después eran de colonias o ex colonias británicas y tenían el derecho automático de asentarse en el país. Pero algunos de ellos resultaron afectados de forma negativa por nuevas y duras regulaciones establecidas a partir de 2012, diseñadas para crear un ambiente hostil para los inmigrantes sin autorización en Reino Unido. --

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