Las reprimendas infantiles que muchos vivimos siguen calando en generaciones enteras que permitieron formarnos en la disciplina y el entendimiento. Frases tan caseras como: “primera y última” o “a la próxima vas a ver”, fueron frases que nos enseñaron a entender que los errores se pasan una vez, dos ya no y que si se repiten hay consecuencias. Desde el inicio de su administración Ricardo Gallardo, a veces por conducto de su Secretario General Torres Sánchez, se los advirtió diplomáticamente: “El que pueda y aguante el ritmo bienvenido. El que no, se va”. Arturo Segoviano en la SEDECO se fue sin pena ni gloria. Su tiempo no le dejo ni afianzarse en el escritorio que ocupara después Juan Carlos Valladares. Patricia Veliz, de Turismo estatal, no aprendio las lecciones infantiles.

No escucho las advertencias.

No atendió los llamados de atención. Y sin ningún miramiento ni consideración ayer el Gobernador Gallardo, en vivo y de sorpresa, literalmente la despidió antes de que ella se enterara. Ya no cabra en su renuncia el clásico “por motivos personales”.

Ya solo cabra que los demás funcionarios se pongan las pilas.

Sobre advertencia no hubo engaño. Engaño es cuando un gobernante prefiere mantener a sus funcionarios inútiles, pagando después las consecuencias.

Gallardo, ya se los dijo, no tiene tiempo para eso. Hasta el lunes