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El que avisa no es traidor
00:04 lunes 6 diciembre, 2021
DESDE LA REDACCIÓN SLPAnunciado desde hace semanas, cuando las fracciones en el Congreso del Verde-Morena-PT reprocharon los resultados a la revisión de las cuentas públicas de 2020, la cruzada iba a ser frontal, el enemigo a vencer la Auditora Superior del Estado. Fue el morenista Toño Lorca quien señalo que los resultados son parciales y nada confiables, en pocas palabras.
El trabajo de la Auditoria Superior del Estado era reprobable, dijeron. Pero era natural, tampoco nada extraordinario. La salida de un gobierno de extracción tricolor y poderes municipales surtidos, todavía pintados de azul y rojo, iban a ser presa fácil para los que arribaron en el poder.
No iba a ser una cacería de brujas despechada donde quisieran crucificar a alguien. Era una reacción política clásica de cada 3 y cada 6 años.
La hoy oposición o busca esquina o respuestas. Optaran por la primera. Pero la primera que debía pagar era Roció Cervantes, la titular de la ASE.
No le dieron oportunidad tampoco para esgrimir sus argumentos ni exposición de motivos. Prefirió irse. Fue el viernes cuando presentó su renuncia con el clásico “por razones estrictamente personales”. Vendrá entonces, sin duda, alguien a modo. Y tampoco algo extraordinario.
Es el clásico juego de cada 3 y cada 6 años. Donde los hombres y mujeres en el poder colocan sus piezas claves y mas en los cargos que impliquen la revisión a cuentas, cifras, obras, datos y gastos. Lo que implique ojos que califiquen o castiguen estarán los “a modo”. La salida de Roció Cervantes se veía venir, habrá que ver quien sigue. Y si tampoco es a modo igual le avisan: te vas o te quedas. Hasta mañana...