Hasta hoy quedó formalizado el nombramiento de Sara Rocha como presidenta del CDE del PRI en San Luis Potosí hasta el año 2028. La descalificación de la inscripción para Margarita Hernández Fiscal al proceso de renovación de su dirigencia no es más que la burda representación corriente de un temor a someterse al escrutinio de elección dentro de su propio partido por parte de la misma Sara Rocha. Sara ocupó el cargo en lugar de Elías Pesina, bajo los tormentosos señalamientos por parte de priistas y externos de que el Partido estaba entrando en un punto de “no retorno” para renovarse o morir. Si hubieran querido legitimarse de verdad, hubieran permitido la participación de Margarita en la contienda, ganarle en la asamblea y dejar que la misma Margarita o aceptara la derrota o la impugnara, pero jugando. No dejándola afuera antes de que pitara el silbato. Los escándalos y dedos que apuntan hacia un comportamiento unilateral y autoritario por parte de la también diputada local no han hecho más que enlodar el poco prestigio histórico que le quedaba al tricolor. Si ella cree que esa es la fórmula, adelante. Sólo que no se extrañe la dirigencia estatal del PRI que no hay medio de comunicación, columnista y sector político o empresarial que piense contrario a lo que la gran mayoría de la militancia “priista”, fuera del círculo de Sara Rocha”, opina.