A casi un año de que se celebre el próximo proceso electoral para renovar también la Presidencia de la República, algo que sí podrá presumir el gobierno federal en materia numérica al alza serán sin duda los índices delictivos. A poco más de un año de que termine su gestión el presidente de México AMLO verá como la estrategia en materia de seguridad de su gobierno fue un rotundo fracaso. Entre asaltos a mano armada en calles y avenidas transitadas a plena luz del día hasta ataques a fuerzas federales en carreteras estatales es como se desgranan los números rojos de este sexenio. Por decir solamente el renglón de seguridad. Estas últimas semanas San Luis Potosí no fue la excepción. Los secuestros masivos de camiones y autobuses de migrantes donde se pierden 150 de ellas y ellos o los robos a mano armada de vehículos en la ciudad han sido la constante que no se debe responsabilizar únicamente a una autoridad. Todos son responsables. La carga que llevan los tres niveles de gobierno, según el lugar del hecho, es una responsabilidad misma. Los planes para garantizar la seguridad entre gobiernos no se ven y entonces la percepción aumenta de la mano con el temor. Lo acontecido en Tamuin hace días, donde fueron atacados y perdieron la vida dos elementos de fuerzas federales es un moño negro mas al perchero de nuestra vida diaria, de nuestra vida en México, de nuestra vida en San Luis y lastimosamente de nuestra desgraciada vida como mexicanos. Hasta mañana.