La falta de atención policiaca por parte del gobierno federal ha convertido a las carreteras en blancos fatídicos donde la delincuencia hace de las suyas. Según los informes de seguridad los tramos más peligrosos de vías de comunicación vitales son de SLP a Puebla, Querétaro y Guanajuato. La columna vertebral de la vida vial, económica y social de México. Si no es por accidentes o bloqueos, las carreteras se convierten en áreas desprotegidas cuando los paros totales permiten el avance y tráfico constante de trailers y vehículos. Las escenas son de película. Bandas delincuenciales aprovechan para asaltar sin ningún límite a los cientos de vehículos y transportes de mercancía. Antes un viaje y su seguridad en carretera descansaba en los famosos “ángeles verdes”, la Policía Federal. Cuyas poderosas carrocerías atravesaban minuto a minuto el inmenso aparato circulatorio de nuestro país garantizando, al menos, una sensación de protección. Hoy no se tiene ni la pretensión, menos el resultado. La Guardia Nacional no tiene la capacidad para afrontar crisis de tráfico o de seguridad. Los resultados están a la vista. No hay seguridad carretera en México. Y tampoco se ve que alguien fuera del gobierno federal, entiéndase gobiernos estatales, quiera tenerla. La “papa caliente”, sigue rondando.