Vínculo copiado
#ESNOTICIA
#ESNOTICIA
Los hechos obligan a replantear protocolos y tiempos de respuesta en calles de la ciudad
10:31 miércoles 10 diciembre, 2025
Ahí te encargo
Los vecinos de las colonias Virreyes y Aviación, al norte de la capital, amanecieron recientemente con dos escenas que nadie quisiera presenciar o pasar: un perro abandonado en plena calle dentro de una caja, y un gato moribundo en una bolsa justo afuera de un local comercial. Ambos hechos ocurrieron a plena luz del día, en calles transitadas, y aun así pasaron varias horas sin que la autoridad municipal apareciera o respondiera a los reportes de las personas afectadas. En Virreyes, los residentes tuvieron que organizarse por su cuenta para darle agua y alimento al perro lastimado, y trasladarlo a alguna veterinaria cercana. “Si esperábamos a que Bienestar Animal llegara, el animal no pasaba la tarde”, dijo una vecina al equipo de "Ahí te encargo", quien prefirió guardar el anonimato. La colecta improvisada entre los colonos permitió cubrir los primeros gastos médicos. En la Industrial Aviación, la indignación creció aún más cuando comerciantes del sector se toparon con la bolsa negra en la vía pública, con el gato ya muerto, justo frente a un negocio que ya según testigos, ha sufrido otros actos de vandalismo. Aunque denunciaron el hallazgo con fotografías, video y la ubicación precisa, la respuesta oficial no pasó de un reporte “en proceso”. Nadie acudió a levantar al animal hasta varias horas después, cuando los propios comerciantes optaron por retirarlo para evitar algún foco de infección. Únete a nuestro canal de WhatsApp para no perderte la información
más importante 👉🏽 https://gmnet.vip/7Be3H La pregunta en la que coincidieron las y los entrevistados, es por qué estos episodios se repiten en zonas donde, en teoría, hay vigilancia constante y un departamento municipal dedicado al bienestar animal. Vecinos sospechan que los recorridos se han reducido por falta de personal o presupuesto, mientras otros creen que ciertos reportes simplemente se “congelan” para evitar exhibir la falta de capacidad operativa. Lo cierto es que, entre lo que se ve y lo que no se quiere admitir, la sensación de abandono institucional crece más rápido que las respuestas oficiales.