Ser delantero del Toluca significa tener alegría frente al gol. Es un equipo que se ha acostumbrado a acumular campeones goleadores. Desde Amaury Epaminondas en 1967 como el primero, pasando por Vicente Pereda, José Saturnino Cardozo, Bruno Marioni, Alexis Canelo y hasta Iván Alonso. En el Toluca tienen pactado el gol como estigma. El más reciente, Paulinho, cuajó su bicampeonato de goleo, uniendo su nombre al de José Cardozo en 2003, Héctor Mancilla en 2008 e Iván Alonso en 2011. Y pensar que Paulinho estuvo a punto de tomar otra decisión. Tenía una oferta de Oriente Medio, estuve a punto de tomarla cuando me llamó Renato Paiva, me confortó que, si venía, tendría a un entrenador que hablaba portugués y cuando me platicó de cómo era el Club Toluca, no lo dudé”. No es fácil ser delantero del Toluca y salir ileso. Las críticas son constantes.   Me pasó a mí, llegué lesionado el primer año y fue muy duro”, comentá José Saturnino Cardozo, “Adaptarse a Toluca no es fácil por la altura, cuesta controlar la respiración, agarrar ritmo de competición y hasta enfocar la portería. Al final me salió bien todo y la gente me quiere mucho, ahora a los nuevos delanteros los comparan conmigo”. Paulinho en 34 partidos marcó 25 goles y pasó de ser un jugador discreto a un delantero centelleante. Su traspaso se debió gracias al intercambio que hizo el Toluca con el Sporting de Lisboa que les pagó por Maxi Araujo, 16 millones de dólares, en cambio, ellos desembolsaron a los portugueses 7.5 millones de dólares por Paulinho. FUENTE: EXCÉLSIOR