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Tenemos ahora en la presidencia a una mujer que no se dedica a obedecer al titular del Ejecutivo...
00:02 lunes 9 enero, 2023
ColaboradoresTenemos ahora en la presidencia a una mujer que no se dedica a obedecer al titular del Ejecutivo y que está en posiciones llamémoslas progresistas Bueno, pues la libramos. La Suprema Corte estrena presidencia con una persona, Norma Lucía Piña, que, aparte de sus varias, indiscutibles virtudes, las primeras de ellas su independencia y ser la primera mujer que preside ese organismo, tiene la de no ser Yasmín Esquivel. Ya sé, ya sé: lo del plagio, con subsecuente cadena de aberraciones para librarla, debería ser garantía de que “la abogada”, como llama el presidente del República a Esquivel, no sólo hubiera quedado imposibilitada de convertirse en presidenta, sino de seguir en la Suprema Corte y, en general, de seguir con una carrera mínimamente digna en los terrenos del Derecho. Ya sé también que en la primera ronda de votaciones llegó a los dos votos, que en un caso como este son muchísimos: una persona que no es ella la consideró una buena candidata. Porque están, para que no se nos olvide, lo de que acabó la tesis a media carrera y se la piratearon, lo de que el que se la pirateó ya lo aceptó frente a notario, cosa que negó el supuesto pirata, los peritajes que nunca vimos y demás concesiones al surrealismo. Lo que pasa es que esta es la 4T. Aquí tenemos a la compañera Piedra en Derechos Humanos, al compañero fiscal en el SNI y al compañero ingeniero agrónomo costándonos una lanota en Pemex. En otras palabras, que no era imposible que la compañera Esquivel acabara por relevar a Arturo Zaldívar, por lo que quieran: presiones del secretario amedrentador, grillas de esas que ni nos imaginamos desde Palacio, promesas de gloria futura a cambio de un voto como Dios manda. Pero no, no ocurrió tal cosa. Tenemos ahora en la presidencia a una mujer que no se dedica a obedecer al titular del Ejecutivo, lejos de ello (se opuso, por ejemplo, a la reforma energética y la prisión preventiva oficiosa), y que, al mismo tiempo, está en posiciones llamémoslas progresistas en temas como la violencia de género, el medio ambiente o el aborto. Buenas noticias, como son buenas noticias que los jueces, a la hora de votar, no cedieran a las presiones del presidente, que acusó al Poder Judicial, así, sin más, de estar “secuestrado”. Lo que significa que no, no está secuestrado por el único que podría secuestrarlo, o sea, él, y miren que lo ha intentado. Así que, repito, y en tanto no se demuestre otra cosa: buenas noticias desde la Suprema Corte, cosa que de veras está muy bien, sobre todo en un 2023 que, entre las elecciones amenazadas por el crimen organizado y la embestida contra el INE, o sea contra la democracia, pinta para color negro oscuro. Así pues, va consejo del doctor Patán para abrir el año: disfruten el momento —carpe diem y todas esas cosas—, descorchen su veneno favorito, o al menos el que les sobró del arcón navideño junto con el atún en agua y las colaciones, y rematen el Guadalupe-Reyes con una sonrisa. POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@JULIOPATAN09