La pandemia del Covid-19 ha dañado a múltiples comercios tanto establecidos como informales del Centro Histórico, sin embargo, pareciera que se han olvidado a aquellas personas que tienen que ganarse el pan de cada día en las calles de nuestra ciudad. Y una de esas nobles personas son los tradicionales boleros del Centro Histórico.  Un oficio que desafortunadamente también el Covid les ha venido a resquebrajar su economía personal, conocimos la historia de Don Alberto, un alegre y amable bolero que tiene su cajón en la Plaza de Armas, justo al lado de la estatua del “Señor de las palomas”. A Don Alberto le apodan “El Güero” y prefiere que todo mundo le llame así. Mientras nos lustraba los zapatos, por solo 20 pesitos, el señor nos comentó que desafortunadamente el Covid le dañó el ingreso que mantenía al día pues antes de la llegada de la pandemia, sacaba hasta 500 pesos en un buen día… hoy sólo llega a sacar 100 pesos.  Y es que nos compartió que un sector de sus clientes que más lo frecuentaba y le daba ganancias eran los funcionarios públicos que pasan por esta zona de nuestro centro, diputados, abogados, servidores de Palacio de Gobierno, burócratas… hoy todos estos por la pandemia en su mayoría están laborando desde casa por las disposiciones oficiales de las autoridades sanitarias; decisión que nos confiesa prácticamente “le dio en la madre”, pues en ocasiones llegar a los 100 pesos le ha sido muy complicado.  El güero nos dijo que lleva bastantes años llegando a las 7 de la mañana con un cafecito y un pan, para poder sacarle brillo a los zapatos de los potosinos y a pesar de la pandemia lo sigue haciendo, con una Plaza de Armas desierta al amanecer, Don Alberto no se rinde y afirma que seguirá manteniendo su mismo horario a pesar de la crisis sanitaria, pues nos remarcó es lo único que puede hacer para los potosinos, poder sacarles brillo a tus zapatos, poder revivir incluso a algunos que ya parecieran ser desechados a la basura… es capaz de darles nueva vida y una oportunidad de un nuevo uso.  Ese es tan solo un caso más de los miles de potosinos que han visto afectada su vida por la pandemia, otro más que por más complicado que pudiera parecerle el panorama, Don Alberto con una sonrisa lo atenderá y le dará el periódico para poder lustrar sus zapatos y muy bien, cabe decirlo.