Una parte importante de la economía de los países se encuentra en las inversiones que se hacen en él, de hecho, es necesaria para que se puede acceder al crecimiento y desarrollo económico, estas inversiones se dividen en aquellas que hacen los propios residentes del país y por supuesto aquellas que llevan a cabo empresas o personas del extranjero. Estos últimos desembolsos mejor conocidos como inversión extranjera, se dividen a su vez en inversión extranjera directa (IED) e inversión en capitales, la diferencia entre una y otra es que la IED hace referencia a inversiones a largo plazo y suponen confianza en el futuro del país, ya que son inversiones en empresas y plantas. Por otro lado, las inversiones de capital, hacen referencia a aquellas que se llevan a cabo principalmente en las bolsas de valores y como es de suponerse implican inversiones de corto plazo donde los inversionistas buscan aprovechar sobre todo los rendimientos que suponen cierto tipo de instrumentos financieros, pero también implica para el país un gran riesgo ya que, ante cualquier temor por parte de los inversionistas, simplemente se retiran. De acuerdo al Instituto Internacional de Finanzas (IIF) durante los meses de septiembre y octubre se registró una salida de 1,200 millones de dólares, para totalizar en lo que va del año 4,800 millones de dólares, la cual se ha visto compensada con el ingreso de alrededor de 23,100 millones de dólares. Aun cuando el saldo neto entre el ingresos de inversiones de capital a nuestro país y la salida aun es positiva, el peligro es alto, ya que con cualquier movimiento adverso de la economía estos dineros fácilmente se pueden retirar del país, solo es cuestión de acordarse de aquel lejano 1994. @Oliver_Arroyo