¿Qué pasa cuando una mujer ya no está en el entorno de su familia, de su trabajo, con sus hijos e hijas?. ¿Qué pasa cuando a una mujer se le quita la vida, se le asesina por el hecho de su condición de mujer, disfrazado de celos, de amor romántico, de odio? Una muerte violenta de una mujer, lastima por supuesto de manera inmediata a su entorno, pero también lastima a la sociedad en general. Es el reflejo de la impunidad, de la ausencia de una estrategia clara para evitar la discriminación en contra de las mujeres que termina en un feminicidio. ¿Qué pasa al día siguiente de que una mujer es asesinada? Pasa que nos desgarra a toda la población en general, nos da una muestra clara, que no han sido útiles las estrategias que se han implementado para detener la violencia contra las mujeres, teniendo como resultados en muchos casos fatales, como es el feminicidio. A San Luis Potosí desde el 21 de julio de 2019, se le decretó la Alerta Violencia de Género, dictada por la Secretaría de Gobernación, se han asignado recursos económicos, para la implementación de estrategias eficientes y detener las violencias contra las mujeres. Se requieren de políticas públicas que estén encaminadas a generar una nueva perspectiva en los hombres generadores de violencia hacia las mujeres. En este sentido, no han podido las instituciones identificar a quién le corresponde formar los trabajos para alcanzar una nueva dinámica de relaciones entre hombres y mujeres. La Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, advierte el establecimiento de procesos reeducacativos, para aquellos hombres generadores de violencia. Esta es letra muerta en la ley, nadie ha querido enfrentar la responsabilidad que implica establecer acciones, estrategias precisas sobre cómo deben ser estas acciones y muchas de ellas se realizan desde la sociedad civil. Nos encontramos a mujeres de todas las edades, mucho más sensibles y conscientes de sus derechos, pero también a hombres que no identifican aún el machismo en el que viven, ni tampoco visibilizan la trascendencia de masculinidades tóxicas. Hace unos días la Secretaría de Gobernación a través de la Subsecretaría de Derechos Humanos, y de la Comisión Nacional de Prevención de la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM), dieron a conocer las acciones para este año 2021: Una es la prevención de los feminicidios, la segunda garantizar el acceso a la justicia de la mujeres que denuncian que son víctimas de delitos relacionados con su condición de género. En el primero de ellos, como antecedente, se mencionó que el número de víctimas de homicidio doloso en todo el país, fue de 2,783 mujeres, con más de 80,000 víctimas mujeres durante el año 2020, entre otros delitos de lesiones dolosas, delitos que atentan contra la vida y la integridad corporal, violación y el homicidio o feminicidio. Las estrategias, van encaminadas a que a través de varias instituciones públicas, entre ellas las Fiscalías Estatales y los Centros de Justicia para las Mujeres, así como los Institutos Estatales de las Mujeres, trabajen nuevas estrategias para la prevención y erradicación de las violencias contra las mujeres. El gobierno federal invertirá más de 100 millones de pesos a través de la (CONAVIM), con el propósito de qué los estados también hagan aportaciones. Lo que esperamos es que efectivamente se garantice el acceso a la justicia de las mujeres, con acciones que verdaderamente estén encaminadas a prevenir que ninguna mujer esté en una condición de riesgo, porque no se tengan las condiciones en las instituciones para darle la atención que requiera, entre ellas las medidas de protección, atención inmediata de salud, para ella y sus hijos e hijas; que estas acciones eviten que sea una víctima de una muerte violenta. Este Modelo Nacional de Erradicación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, uno, de prevención; dos, de Protección y atención; tres, de acceso a la justicia para la sanción y reparación del daño. Es indispensable, que se haga un cambio estructural en la cultura que existe para que alcancemos la igualdad entre hombres y mujeres, este aspecto lo han puesto en diversas ocasiones como eje central de actividades gubernamentales, sin embargo no se ha cristalizado, también se ha puesto como parte estructural los servicios especializados para atender a las mujeres víctimas, que lo han dejado en responsabilidad de los Centros de Justicia para las Mujeres, que también ha sido insuficiente. En San Luis Potosí, están centralizados la mayor parte de los servicios especializados para la prevención, atención y erradicación de las violencias contra las mujeres. Sigue habiendo muertes violentas de mujeres, cerramos el mes de enero con 11 feminicidios, según datos de la Fiscalía General del Estado, se iniciaron con el protocolo de investigación como Feminicidios.