El presidente electo Donald Trump pasó la víspera de su investidura en una serie de eventos en Washington que celebran su regreso al poder y su movimiento Make America Great Again (MAGA, Hagamos Grande a Estados Unidos Otra Vez) mientras se prepara para volver a la Casa Blanca en un momento de profundas divisiones políticas nacionales. Washington se ha preparado de maneras sin precedentes para mantener seguros y protegidos los eventos. Pero a diferencia de cuando Trump incitó a una turba de sus seguidores a atacar el Capitolio y trató de retener el poder en 2021 después de su derrota ante el demócrata Joe Biden, esta vez no se esperan grandes protestas, disturbios ni violencia. En cambio, la ciudad está preparada para multitudes que celebran el segundo mandato de Trump y el control total del Partido Republicano por parte de MAGA. Es un cambio notable después de que Trump dejara la capital de la nación hace cuatro años en desgracia y se saltara la toma de posesión de su sucesor. Trump ganó las primarias presidenciales republicanas y ganó las elecciones de noviembre con un margen del Colegio Electoral no visto desde que el demócrata Barack Obama fue reelegido en 2012. Sin embargo, incluso con esa cómoda victoria y su partido en control total, aunque estrecho, del Congreso, el presidente entrante sigue siendo una de las figuras más polarizadoras en la historia de Estados Unidos, con casi tantos detractores acérrimos como partidarios ardientes. Eso significa que podría ser difícil cumplir con las promesas postelectorales sobre promover el bipartidismo. Le dijo a NBC News el sábado que la unidad sería un tema de su discurso de inauguración el lunes en el Capitolio, junto con la fuerza y la equidad. ”¡El 20 de enero no puede llegar lo suficientemente rápido!”, publicó en su sitio de redes sociales. “Todos, incluso aquellos que inicialmente se opusieron a una victoria del presidente Donald J. Trump y la Administración Trump, sólo quieren que suceda”. Siguiendo la tradición, Trump pasó la noche del sábado en Blair House, la residencia oficial de invitados del presidente en la Avenida Pennsylvania, frente a la Casa Blanca. Llegó allí después de una fiesta en su club de golf en Sterling, Virginia, a unos 48 kilómetros (30 millas) al oeste de la ciudad, que iluminó el cielo nocturno. Había llegado a Washington desde su club Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, a bordo de un C-32, la variante militar del Boeing 757, pintado en el icónico esquema de colores azul pálido y blanco presidencial. La aeronave que sería conocida como Air Force One si el presidente estuviera a bordo, llevó al presidente electo como Misión Aérea Especial 47. El domingo será el primer día completo de Trump de regreso en la capital desde las elecciones. Le da la oportunidad de disfrutar del momento y animar a sus seguidores más leales antes de la intensa dosis de pompa oficial del Día de la Inauguración, incluyendo la toma de posesión al mediodía. Trump planeó colocar una corona en la Tumba del Soldado Desconocido en el Cementerio Nacional de Arlington antes de dirigirse a un mitin en el centro en el Capital One Arena, hogar de los equipos profesionales de baloncesto y hockey de Washington. Debido a las bajas temperaturas esperadas el lunes, Trump ordenó que su juramento —ahora programado para la Rotonda del Capitolio — y la mayoría de los eventos al aire libre se trasladaran al interior. El desfile tradicional se llevará a cabo, de alguna forma, en el Capital One Arena. Trump también asistiría a una cena a la luz de las velas el domingo donde se esperaba que hablara. Biden, en su último día completo en el cargo, programó un viaje a Carolina del Sur, un estado que tiene un significado especial después de su victoria dominante en las primarias demócratas de 2020. Allí se preparó para alcanzar el objetivo de su vida de ser elegido presidente. Biden, acompañado por su esposa, la primera dama Jill Biden, tiene previsto visitar una iglesia en North Charleston para hablar sobre el legado del reverendo Martin Luther King Jr., dijo la Casa Blanca. El lunes también es el feriado federal en honor al líder de los derechos civiles asesinado.  

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