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Muchas de las predicciones de lo que podría suceder en México se están cumpliendo, de manera por demás acelerada, en Estados Unidos
00:02 miércoles 2 abril, 2025
ColaboradoresRecuerdo como si hubiesen sido ayer las campañas electorales de hace siete, trece, diecinueve años, en que se nos advertía sobre el peligro que representaba para México una eventual presidencia de Andrés Manuel López Obrador.
Seguramente ustedes también, apreciados lectores: el colapso de la economía, el rechazo al TLCAN, el ataque a las instituciones, la demolición de los valores liberales y, por tanto, de la democracia. Ese era el guion básico de aquellas campañas que, más que a favor de algún otro candidato, lo eran en contra de AMLO.
Dejo a ustedes, y algún día a la historia, valorar lo bueno, lo malo y lo regular del sexenio pasado, pero conforme más me fijo en lo que está sucediendo en nuestro vecino del norte, más me doy cuenta de que muchas de las predicciones de lo que podría suceder en México se están cumpliendo, de manera por demás acelerada, en EEUU.
Donald Trump parece haber tomado el libreto del que se supondría su antípoda para aplicarlo en EEUU: los recortes a la estructura gubernamental rebasan lo imaginable: maestros, médicos, guardabosques, supervisores, controladores aéreos son sólo algunas de sus víctimas. Los mercados bursátiles cierran su peor trimestre desde 2022 en plena pandemia, alarmados por las amenazas arancelarias. Vecinos, socios y aliados se preguntan si todavía se puede trabajar con, ya no digamos confiar en, EEUU. Y sus principales rivales, Rusia y China, no saben si frotarse las manos en regocijo o preocuparse de que la todavía mayor economía y el mayor arsenal nuclear del mundo estén en manos de un grupo de radicales sin freno.
Y esos desenfrenados no han tenido llenadera aún: en la mira están ya lo mismo la academia (universidades amenazadas con perder financiamiento si no cambian su currículum o expulsan a estudiantes “revoltosos”), museos y patronatos, como el del Smithsonian, presionados para ya no montar exposiciones “antiamericanas”, nadie parece estar a salvo del afán destructor de éstos, los que dicen querer hacer a EEUU grande de nuevo.
Y ahí radica lo más grave del problema, pues el que parecía ser un sistema político con muy eficaces y poderosos contrapesos, se está mostrando como un gigante con los pies de barro, en el que poco a poco las instituciones se van sometiendo, plegando, adaptando, a veces con resistencia, pero otras con entusiasmo, a los designios de un puñado de hombres empeñados en hacer retroceder el tiempo, al grado de jugar ya con la posibilidad de un tercer periodo en la casa blanca para Trump.
En el camino se llevarán incluso a quienes más quieren ayudar, porque el descrédito del proyecto trumpista salpicará a todos quienes en algún momento creyeron que podrían salir beneficiados.
Poco tendrá que esperar para verlo quien lo dude.
POR GABRIEL GUERRA CASTELLANOS
@GABRIELGUERRAC