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El papa León XIV ha sido abiertamente crítico de las políticas migratorias y del actual despliegue militar de EU bajo el "Departamento de Guerra"
00:10 jueves 13 noviembre, 2025
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Y de repente, el presidente Donald Trump y sus aliados pueden decir "con la Iglesia hemos topado". Pero a diferencia de El Quijote de la Mancha, que se refería al tropiezo físico con un templo católico, el mandatario estadounidense puede usarlo en otro sentido: el de un enfrentamiento con iglesias cristianas.
Y el tema de la migración está en el centro del choque. De entrada, el Papa León XIV ha sido abiertamente crítico de las políticas migratorias del gobierno Trump, y su actual despliegue militar bajo el "Departamento de Guerra".
La postura del Máximo Pontífice molestó a la Casa Blanca y el vicepresidente JD Vance, católico converso, se excusó de entrar al "juego político del Papa". Pero el asesor Steve Bannon, que no es católico, calificó al líder católico como "la peor opción" para los creyentes del movimiento Trump.
De acuerdo con un análisis, las reacciones de los católicos en EU son diversas: "algunos obispos estadounidenses y organizaciones benéficas católicas afirman que los comentarios de León han fortalecido sus esfuerzos para ayudar a los migrantes. Sin embargo, algunos católicos estadounidenses conservadores están consternados de que el Papa cuestione a un Presidente al que consideran un amigo de su fe".
Se estima que los católicos representan hasta 23% de la población estadounidense, o sea más de 60 millones de personas; los protestantes como grupo son algo más de 60% pero repartidos en más de 200 denominaciones, incluso episcopal, evangélica y metodista.
Pero León XIV, antes Robert Prevost, es además un estadounidense con nacionalidad peruana y seguidor de las ideas pro-migrantes y críticas de su antecesor, el Papa Francisco, que criticó las políticas antimigrantes como dañinas a la dignidad humana.
Paralelamente, las políticas de Trump ya suscitaron la oposición de clérigos y laicos protestantes blancos, al grado que entre 20 y 30 sacerdotes políticamente moderados o progresistas de diversas denominaciones protestantes han anunciado que buscarán candidaturas demócratas al Congreso. Para algunos de ellos, el lema será "Fe, Familia, Libertad" (Faith, Family, Freedom, en inglés), que se parecen al eslogan manejado por los republicanos, y en términos reales añaden al debate que ya se desarrolla en los dos partidos: en uno, en el que encabeza Trump, porque esos son los principios que decían defender; en el otro, porque hay ahora una pugna entre izquierda y derecha por el rumbo a tomar.
La defección de ministros evangélicos o protestantes blancos es una señal de problemas para el partido republicano, largamente beneficiado por su asociación con predicadores conservadores, y de hecho varios de los religiosos decepcionados eran de filiación republicana. Igualmente, los últimos años se vincularon con grupos religiosos definidos como cristianos nacionalistas. El tema no es menor en un país tan profundamente religioso como Estados Unidos.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
@CARRENOJOSE