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El verano ha sido duro con la clase gobernante de Morena: los ha revelado como corruptos, insensibles y contradictorios
00:10 miércoles 13 agosto, 2025
ColaboradoresEl refrán dice: “una golondrina no hace verano”. En la cuarta transformación al parecer es la corrupción la que hace el verano. Nadie hubiera adivinado que ni siquiera ha pasado un año de que López Obrador dejó la presidencia y la conversación pública trata sobre los excesos, los abusos, la frivolidad y las corruptelas de destacados militantes del partido en el poder.
¿Se suponía que en la agenda de Sheinbaum estaba la corrupción rampante de los suyos? No, en absoluto pasó por su mente. Incluso sabiendo algunas cosas, rumores y hechos, conociendo a su gente, pensó que estaría atrapada entre las superficialidades de unos y los abusos de otros. Nada auguraba que esto fuera así. Pero el verano ha sido duro con la clase gobernante: los ha revelado como corruptos, insensibles y contradictorios.
Desde la fase autoritaria de los gobiernos locales, como en Campeche y Puebla en donde las leyes contra los críticos consisten en castigos humillantes, hasta la muestra prepotente y descarada de una diputada (de triste fama con el sobre nombre de Dato Protegido) y su señor esposo presidente de la Cámara de Diputados. Esta pareja cobró celebridad por el abuso de poder al conseguir una sentencia en contra de una ciudadana a quien se obligó a publicar en redes sociales una disculpa pública por treinta días. En el exceso del castigo llevaron la penitencia. La gente volvió a verlos y encontró en sus redes sociales las imágenes del exceso, del mal gusto y de la riqueza inexplicable: vestimenta carísima, joyas, calzado, relojes… exhibición de lo grotesco, pero también de que manejan enormes cantidades de dinero para permitirse esos lujos que reflejan al mismo tiempo ambiciones y carencias. Ambición de poder y carencia de escrúpulos.
En el verano maldito también brincó la, para alguno sorpresiva, relación por lo menos en el ámbito laboral) del líder de la bancada de los senadores de Morena con el crimen organizado que campea en el estado que gobernó. Nos enteramos no por los partidos de oposición, no por la denuncia de sus enemigos internos -como lo es el actual gobernador de Tabasco-, sino por boca del general del Ejército Mexicano que comanda la zona militar en esa entidad. El senador que durante años ha sido todo poderoso y que disfruta insultando a sus opositores y hace gala de energías renovadas en la vida, tuvo que esconderse. El escándalo no es menor pues quien fuera su subordinado es ahora prófugo de la justicia y ha sido señalado reiteradamente por el actual gobierno local como uno de los líderes del crimen en la entidad. No es poca cosa.
El diputado Ricardo Monreal no se quedó atrás y se lanzó a una peregrinación ni más ni menos que a España ¿Para qué ir a Chalma o al Cristo del Cubilete si se puede hacer en la madre patria una excursión más cara pero más chic? Junto con él otros legisladores de Morena se lanzaron a cruzar el océano para unas merecidas vacaciones. Unos fueron a una fiesta de un compañero en Madrid, otros fueron a Capri, alguno a reventarse a Ibiza, en fin, cosas muy propias de quienes ejercen el poder con humildad.
Gran revuelo causó el heredero López Beltrán -mejor conocido como Andy-, quien decidió vacacionar en el lejano Japón. Nada como irse lejos, muy lejos, para recuperarse de los éxitos en el trabajo. Hasta allá lo fueron a alcanzar unos espías enviados por la hipocresía nacional y le tomaron foto en su hotel y saliendo de la tienda Prada (se sabe: nada como la ropa cara para afianzar el liderazgo político). Los conservadores pusieron el grito en el cielo porque creen que solamente ellos pueden ir a Japón. Eso se acabó. A Andy le gusta viajar, le gusta el lujo ¿y qué?
Sobre todo esto ha tenido que contestar la presidenta con visible vergüenza por lo que es un comportamiento colectivo en su partido. Le urge que acabe este verano maldito.
POR JUAN IGNACIO ZAVALA
COLABORADOR
@JUANIZAVALA