Esa fue mi conclusión, equivocada, simplista o no, a la que llegué en culminación de aquella alegata, después de toda una mañana de Basquetbol, con mis amigos Alberto Willie, El negro Guerrero y Raúl Barrera, mi compadre Chávez, entre otros que recuerdo y que quizá por el sol veraniego, el agotamiento deportivo o las cerveza que nos refrescaban y enfrascaban en las divagaciones de aquel debate improvisado sobre un tema serio, hicieron un ejercicio desordenado pero auténtico por la espontaneidad y la desinteresada edad de la que gozábamos. Tanto es así que suelo recordar de cuando en cuando la reunión. Pues bien el tema según recuerdo comenzó con la cuestión de que si alguien "creía realmente en Dios"; y después de algunas declaraciones categóricas en sentido afirmativo y alguna otra escéptica aseveración al extremo de negar la "existencia" de "Dios", se dio paso a la pregunta incisiva de Willie: "Pero a ver... ¿Quién es Dios? Y después de varias tesis, todas ellas respetables y para no darle muchas vueltas, varios terminaron por refugiarse en las enseñanzas católicas; en Yahvé sin conocer gran cosa sobre una u otra; Los que negaron la existencia se encontraban en la comodidad de no tener que explicarse ni entender una idea sobre el ser superior. Me pregunto cuántos descreídos se hayan formado por la incapacidad o pereza de crear su propia idea o adoptar una de las muchas y variadas explicaciones que han terminado por generar Religiones completas u otras aún bastante incompletas y endebles (¿Escuchó usted sobre la Iglesia Maradoniana???). Finalmente me atreví a decir, porque la juventud es el atrevimiento y tiene pasaporte a la irreverencia y como visa el desparpajo y la imprudencia, dije que Yo creía (y creo) que Dios es la misma Naturaleza. De antemano es la manifestación más fidedigna de superioridad, porque siempre termina imponiendo la supremacía, pues no olvidemos que aunque el ser humano se porte mal y la agreda hasta el punto de transformar diferentes zonas de nuestro hábitat común, la reacción que debemos esperar y que no espera pues tiene sus tiempos y ciclos se da exactamente en el grado que ya tenemos la oportunidad de vaticinar científicamente pero que nos vale un cacahuate. Es cierto, muchos lugares ya no serán lo mismo pero no por ello nos hemos pasado a burlar a Natura, pues su reacción de cambios climáticos, de erosiones, degradación de la tierra, deforestación, incendios, sequías, deslaves, deshielos, avalanchas, etc. son una reacción natural pues Dios Naturaleza juega tal como jugamos y los que apostamos y arriesgamos en el juego , si nos equivocamos viene siendo directamente proporcional a nuestra temeridad...Alguien podría decir que es venganza o castigo pero tsunamis, tifones y terremotos no son más que lo que estamos construyendo y producto de lo que día a día destruimos. Puede ser el castigo divino si asumimos como yo ignorantemente que Dios es la naturaleza misma, que toda manifestación natural es la acción de un ser superior y UNIVERSAL como lo es la idea que en cualquier religión tomamos en razón y explicación de la divinidad. Dios ni puede ser una imagen ni un ritual, ni una liturgia, aunque estos sean vehículos para razonar y tratar de explicar ideas diversas de Dios, todas ellas muy respetables. Pero Dios no es una religión, la religión, cualquiera que sea, pare de la idea de entender a Dios y conducirse bajo principios afines a ÉL....solo que las religiones deben recordar el origen natural del hombre, voltear hacia nuestra casa común e imponer reglas de respeto aunque sean morales. La naturaleza es un Dios viable para todos es el hogar que los dioses de todas las religiones nos dieron para vivir y honrar. Es la naturaleza el templo que nos han dado para cultivar nuestra idea...y acaso esto, las ideas, sean el Alma que pensamos inmortalizar. Deben actualizarse las religiones con mayor énfasis a lo natural, so pena de ser olvidadas debajo de la frivolidad y las tecnología.