Vínculo copiado
En opinión de los analistas del diario cibernético AXIOS, "Trump y Musk creen firmemente en la acción y el lenguaje maximalistas, llevados a cabo por hombres blancos fuertes
00:02 sábado 15 febrero, 2025
ColaboradoresEl presidente Donald Trump y el empresario Elon Musk, "posiblemente los dos líderes estadounidenses más heterodoxos e influyentes del siglo XXI", han puesto en práctica lo que los columnistas Jim VandeHei y Mike Allen califican como "una teoría fusionada del poder gobernante: Maximalismo masculino".
En opinión de los analistas del diario cibernético AXIOS, "Trump y Musk creen firmemente en la acción y el lenguaje maximalistas, llevados a cabo por hombres blancos fuertes (en su mayoría) como instrumentos contundentes e intransigentes para demostrar nuevos límites tanto al poder como a lo que es posible". Trump y Musk "se alimentan mutuamente de sus instintos naturales de hacer, decir y operar según sus propias reglas". Trump y Musk, anotan los analistas, "ven la masculinidad de manera bastante similar: lenguaje de tipo duro, acciones machistas, irreverentes, groseras, y a menudo impasibles ante el emocionalismo, la empatía o la moderación".
En su opinión, esa sería la explicación del acelerado ritmo de medidas y acciones adoptadas por Trump en sus primeros 23 días de gobierno.
Trump lleva hasta ahora, más de 70 decretos y decenas de otras medidas menores en cumplimiento de sus promesas, como forma también de "poner a prueba intencionalmente" los márgenes establecidos de su poder y pese a preocupaciones de una inminente crisis constitucional por el desafío a los poderes legislativo y judicial.
Esas acciones han provocado ya más de una veintena de demandas judiciales y al menos de acuerdo con The Wall Street Journal, "Trump puede estar equivocado, pero no hay una crisis constitucional mientras los casos avanzan por los tribunales".
Según esa formulación, Trump y Musk buscan establecer sus propios límites de autoridad, de manera enfática y agresiva. Ambos consideran que "los precedentes son para tontos" y que los directores ejecutivos y líderes convencionales, que siguen las reglas, son "tontos y conformistas".
La doctrina incluye "humillar a los humillados" y usar redes sociales y apariciones públicas para intimidar y golpear a los críticos en la política, los medios y la cultura. Las implicaciones son considerables. De entrada, por ejemplo, la gran mayoría de los colaboradores de Trump son hombres blancos y una de sus primeras decisiones fue eliminar los programas de Diversificación, Equidad e Inclusión (DEI), que apoyaban el empleo de minorías raciales, sexuales y religiosas.
Según VandeHei y Allen, "a ambos hombres les gusta provocar indignación y respuestas escandalosas", pues los pone en el centro de la conversación nacional y provoca que sus críticos respondan escandalosamente. De ahí las ideas paralelas de "restaurar la verdad biológica" de reconocer solo dos sexos y limitar los avances de minorías tanto sexuales como raciales. En todo caso, la ampliación de su poder permite a Trump imponer términos tanto en política doméstica como en negociaciones internacionales.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
@CARRENOJOSE